La expectativa de la afición en la primera corrida de la Feria del Señor de los Milagros se desvaneció por el pobre juego del ganado lidiado, salvo el sexto, sin fuerza, codicia ni casta.
Corresponsal Perú: Jaime de Rivero
Lima, 3 nov (EFE).- Con media plaza cubierta y sol en los tendidos, se lidiaron hoy seis toros de la ganadería colombiana Juan Bernardo Caicedo, mal presentados, mansos, descastados, sin fuerza ni transmisión, por los diestros españoles Javier Castaño (oreja y silencio), David Mora (palmas y silencio) y Juan del Álamo (silencio y 2 orejas), en la plaza limeña de Acho.
Juan del Álamo salió a hombros, tras desorejar al sexto, el único astado que no se rajó y que embistió con fijeza, poder y repetición. Los primeros tercios fueron de menor trámite, sin mayor castigo para no doblegarlo; con la muleta, Del Álamo aprovechó la fuerza del animal para cuajar series de derechazos que a pesar de su brusquedad, calaron en el público que aguardaba el triunfo que revirtiera la tarde. Una estocada entera, arriba y fulminante remató la obra, que fue premiada con dos orejas pedidas mayoritariamente. Con el primero, inválido y descastado, recurrió a lo accesorio sin poder redondear faena.
David Mora enfrentó a un lote desigual, manso y rajado, que determinó su actuación. A pesar de estas condiciones, persistió en la lidia destacando principalmente en las suertes de capa, tanto en ceñidas chicuelinas como en vistosas gaoneras. Con la muleta, logró algunos muletazos sueltos, sin poder cuajar faena completa a ninguno de sus adversarios.
Javier Castaño abrió plaza con un toro soso, tardo y distraído, al que le cortó una oreja. Aprovechó el breve ímpetu de sus embestidas para sumar derechazos, que fueron jaleados por los tendidos. Un arrimón final para cortar trofeo a pesar de que la estocada fue tendida y caída. El segundo de su lote, corrido en cuarto lugar, fue protestado por anovillado e invalido y poco pudo hacer. EFE
Realmente es un gusto enorme poder leer una crónica que refleje lo que realmente se vio en Acho y no las mentiras que publica una prensa vendida íntegramente a la empresa de turno. Sinvergüenzas que pontifican el deshecho de tienta o limpieza de corrales que fue lo de Juan Bernardo Caicedo, usted ha sido el único valiente que ha sido capaz de colocar en una crónica MANSOS y DESCASTADOS, palabras reales de lo que el aficionado vio esa tarde y que brillan por su ausencia en todas las crónicas del resto de pseudoperiodistas que parecen un conjunto criollo pagado por la empresa.
ResponderEliminarManuel Ortiz.
T.12
El encierro fue muy malo, el sexto que desorejó Juan del Alamo, no fue bravo como dijeron erradamente por ahí. Fue otro manso mas, sólo que encastado y con movilidad, pero sobre todo porque casi ni se le castigó en varas por orden del matador. Si no consideramos a este último toro, la corrida fue una desgracia. Desastre previsible por esta ganadería colombiana que no ha tenido resultados positivos en Acho cada vez que ha venido. En todo este tiempo, sólo uno u dos toros se han dejado más o menos, el resto inservibles.
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