sábado, 30 de julio de 2016

REVISTA CARETAS - LA MUERTE DE UN TORERO (LO QUE HAY DETRAS DEL ANIMALISMO)


La Muerte de un Torero

Revista CARETAS
Escribe Jaime de Rivero

A partir de la muerte de Víctor Barrio a causa de una feroz cornada en España, se ha desatado la polémica por el desprecio por la vida humana manifestada abiertamente por quienes dicen defender a los animales. El júbilo por la tragedia, las ofensas a la memoria del torero y el ensañamiento con su viuda y familiares, principalmente a través de las redes sociales, han puesto sobre el tapete la crisis que atraviesa una sociedad desorientada y envilecida, en la que cada vez más se desprecia la vida humana.
Similar reacción, pero a menor grado, se produjo unas semanas atrás, cuando el novillero peruano Renato Motta y también el matador mexicano Rodolfo Rodríguez el “Pana”, por terrible coincidencia, perdieron la vida en los ruedos.
La muerte de un torero reafirma la autenticidad de la fiesta y ratifica en forma categórica que todo cuanto ocurre delante del toro es real y no un tinglado amañado por un negocio como falsamente sostienen los anti taurinos.  En el toreo se puede morir de verdad, porque el animal siempre tiene el poder para provocarlo, a pesar de la merma que producen la vara y las banderillas. La capacidad letal del toro tira abajo de por sí, varias falacias como la existencia de tortura o la desventajosa condición del astado durante la lidia, toda vez que un ser acorralado y disminuido significativamente en sus facultades -como falsamente sostienen los animalistas-, jamás podría acabar con su adversario, como contrariamente ocurrió con los infortunados toreros.
Para el mundo del toro, las agresiones vertidas no son novedosas. La violencia y el engaño son las armas más frecuentes y efectivas que utilizan los animalistas en la misión de destruir la tauromaquia y cualquier otra actividad que no coincida con el rol que impositivamente, pretenden asignar a los animales. Sobran denuncias en España, Francia y América por los insultos y otros actos de violencia durante las protestas contra las corridas de toros, al igual que se repite en otros lugares contra las industrias alimentarias, la peletería, la caza, los laboratorios y cualquier otra forma de uso animal, los que se corroboran en el contenido lesivo de las páginas y blogs de estos grupos radicales.
Alegrarse o celebrar cruelmente una desgracia, que además conlleva dolor y padecimiento para los deudos, refleja la miseria del hombre y una falta de humanidad que lo degrada al nivel de los seres amorales e irracionales.  Quienes pretenden justificar este comportamiento en la indignación que sienten por la figura del torero, parecen no ser conscientes de que el rencor y la venganza que los motiva son expresiones de esa misma perversión. 
El animalismo plantea equiparar al animal con las personas, lo que implica cuestionar uno de los pilares que ha permitido el desarrollo de la civilización humana como es el dominio sobre el ambiente y los animales. La propuesta se opone a los principios humanistas recogidos en las principales corrientes de pensamiento filosófico surgidas desde el Renacimiento hasta nuestros días y que sitúan al hombre como fin supremo de la sociedad, por encima de otros seres.   
En ese contexto, la tauromaquia representa un obstáculo para las aspiraciones animalistas porque muestra la agresividad natural del mundo animal, encarnada en la bravura del toro, lo que se contrapone a la visión humanizada y edulcorada de los animales como seres inofensivos y sociables que pretenden hacernos creer a diario, principalmente por las redes sociales.  Y es que no todos los animales son domésticos, ni todos pueden acompañar al hombre en su vida cotidiana. Mucho menos, se les puede atribuir sentimientos como amor o amistad que algunos creen recibir de sus mascotas, pues estos son propios de seres racionales, precisando que los animales actúan por costumbre o instinto. La humanización de los animales tergiversa los conceptos que diferencian a los seres humanos de los animales.        

Los agresiones en referencia se suman a una larga lista, ya que desde hace muchos años, el animalismo encontró en la impunidad del internet y las redes sociales, a su mejor aliado para difundir sus mensajes, muchos de ellos engañosos y ofensivos. Tales campañas siempre han estado destinadas a despertar la sensibilidad de las personas a costa de victimizar al animal o conmover con sentimientos inexistentes en un ser privado de razón, a la par de promover de forma irresponsable y peligrosa el desprecio hacia las personas que no comparten su peculiar visión sobre el reino animal, incitando a la violencia entre los hombres.
Imposición, falsedad y odio son los métodos más utilizados por los proyectos totalitarios, como el fascismo o el comunismo, en donde la intolerancia y el fanatismo encuentran tierra fértil porque se admite la negación del otro y el rechazo de lo distinto, atropellando a quienes no coincidan con aquellas. Sus atrocidades registradas a lo largo de la historia no necesitan mayor presentación. El animalismo utiliza esas mismas herramientas.
A ello se suma los intereses billonarios de multinacionales de la alimentación de mascotas que, como señala Francisco López Barrios en el diario El País, tienen a su servicio una potente penetración cultural centroeuropea y anglosajona, que ha colapsado la conciencia analítica y crítica de muchos ciudadanos, transformándolos en adolescentes emocionales y haciendo del animalismo uno de los abalorios sentimentales que movilizan con más éxito el histerismo colectivo.
Los ataques perpetrados a la muerte del torero Víctor Barrio, al igual que la reiterada violencia animalista en otros campos, son el resultado de ese germen venenoso que estos grupos vienen inyectando  en la sociedad a vista y paciencia de todos, y para los que la vida humana puede tener menos valor que la de un animal.


jueves, 7 de julio de 2016

LA FERIA DE LOS 250 AÑOS - REVISTA CARETAS. Escribe JAIME DE RIVERO

Juan Pablo Corona y Pablo Moreno de Casa Toreros, flanquean a su socio
 Juan Manuel Roca Rey. Los tres asumen el reto de recuperar Acho como la primera
plaza de América, al cumplir un cuarto de milenio
LA FERIA DE LOS 250 AÑOS DE ACHO
Una constelación de figuras encabezada por Andrés Roca Rey y ganado español es la oferta de Casa Toreros Consorcio Perú, que debuta como empresa de Acho.

Revista Caretas 
Escribe Jaime de Rivero 

La próxima Feria del Señor de los Milagros será recordada como la Feria de los 250 Años. Acho merece un ciclo taurino de primerísimo nivel y no se debe escatimar esfuerzos. Naturalmente, todos hubiésemos querido festejar la efemérides con un serial veraniego de esplendor como lo fue la ya célebre Feria del Bicentenario de 1966, con corridas a plaza llena en día laborable, la asistencia del Presidente Belaunde y triunfos en todas las tardes, sobresaliendo Antonio Ordoñez con la mítica faena al toro Carnaval de Javier Garfias.

Pero una cosa es querer y otra poder. Los tiempos cambiaron y las corridas de verano fueron aniquiladas por las playas hace cuatro décadas. Una feria o corrida en enero no sólo hubiese sido un suicido comercial, sino la mayor ofensa para la plaza y su historia. ¿Qué puede ser más triste y antitaurino que lucir medio vacía en tremendo aniversario?  Por suerte, primo el criterio y la sensatez, y no se dio festejo a inicios de año, esperando la selección de una empresa que pueda ocuparse de ello dentro de la feria octubrina. Y esto no debe tenerse por consuelo. En el 2014 el coso de la Misericordia de Zaragoza también cumplió 250 años y no hubo una feria adicional, tan solo una corrida conmemorativa, el 8 de octubre, dentro de la famosa Feria del Pilar.

Al igual que en 1966, el pasado 30 de enero, fecha exacta del aniversario, la Beneficencia inició las celebraciones con un coctel en Acho en que se entregó una medalla especialmente acuñada a los toreros y ganaderos peruanos más relevantes, y se develó el precioso cartel conmemorativo pintado por Gerardo Chávez, siendo la primera vez en la historia de Acho que un artista plástico de su categoría se ocupa de ello.  
Imponente cartel de Gerardo Chávez ya anuncia la feria de los 250 años.
Pero vayamos a la feria misma. La nueva empresa es Casa Toreros Consorcio Perú, que reúne a los empresarios Pablo Moreno y Juan Pablo Corona, que llevan plazas y toreros en México. Se trata de un grupo joven, con mucha proyección y que por primera vez gestiona un coso de la importancia de Acho. El socio en Lima es otro taurino a carta cabal y de largo recorrido, Juan Manuel Roca Rey.

La feria se compone de cinco corridas y, probablemente, una novillada.  El ganado es la clave del éxito y por ello tienen apartadas cuatro corridas españolas y una peruana. Si bien no se ha revelado los hierros, se puede adelantar que son de conocido prestigio y, sobre todo, probada regularidad, que es lo que da mayor garantía de embestir.  De este modo, la empresa continúa el camino trazado por la tan vapuleada Citotusa, que trajo toros españoles después de 15 años y terminó con la insulsa monotonía del ganado colombiano que reinó por varios años en la feria.  

La plantilla de toreros es de lujo y con, prácticamente, todas las figuras del toreo. Andrés Roca Rey, a dos tardes, es la  base de cartel. Actuarán Enrique Ponce, bien llamado Torero de Lima, Julián Lopez El Juli, José Maria Manzanares, Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Daniel Luque. Los acompañan toreros emergentes como Alberto Lopez Simón, Gines Marín, Manuel Escribano, Joselito Adame y Joaquín Galdos, quedando un par de puestos por cubrir. La oferta incluye la presentación de recortadores españoles que serán verdadera novedad en Lima.
Triunfador en todo España. Roca Rey buscará en Acho hacerse de su segundo Escapulario de Oro.
Por derecho propio. Enrique Ponce estará en los 250 años de Acho
para dar batalla a todo aquel que quiera usurpar su trono.
El precio de las entradas bajará en un promedio de 25%, lo que refleja el acierto de la nueva empresa que peregrinó por España explicando a los apoderados de las figuras la dura realidad financiera de Acho y la necesidad de reducir los honorarios para que la feria sea viable y sostenible en el tiempo.      


En 20 días se tendrán los carteles oficiales y se abrirá el abono. Los 250 años de Acho se celebrarán por única vez, la afición tiene la palabra.