domingo, 21 de junio de 2015

ANDRES ROCA REY FIRMA 5 AÑOS DE APODERAMIENTO CON CASA TOREROS DE MEXICO


Escribe Jaime de Rivero

El novillero Andres Roca Rey ha celebrado un contrato de apoderamiento con Casa Toreros que le permitirá torear unas 20 corridas por año en México, durante los próximos cinco años que es el plazo pactado.  

El contrato de apoderamiento sólo se limita a las actuaciones de Roca Rey en la república mexicana, sin dejar la relación con José Antonio Campuzano, que se mantiene como apoderado del torero.

Casa Toreros es una empresa con sede en México que apodera a El Payo, Joselito Adame y Juan Bautista, y también maneja varias plazas de toros en dicho país.




viernes, 12 de junio de 2015

GALDOS .RETOS Y RIESGOS EN MEDIO DE LA COMPETENCIA. Escribe Jaime de Rivero

JOAQUIN GALDOS. 
Retos y riesgos en medio de la competencia
Escribe Jaime de Rivero
La novillada del domingo 14 en Madrid es trascendental para Joaquín Galdos. Con sobrados atributos y una personalidad que lo distingue notoriamente, regresa a la plaza de Las Ventas tras la fuerte voltereta que le impidió continuar la tarde de su presentación, el 25 de mayo.  Alternará mano a mano con Martín Escudero, el otro diestro que ese día también salió por la puerta de la enfermería, en la tan cuestionada novillada del Montecillo.  Una segunda oportunidad en Madrid, para ambos, en menos de un mes y que surgió como una ambiciosa iniciativa comercial de Taurodelta para lanzar la temporada de novilladas en la capital española.

A los pocos días del dramático suceso, Joaquín se presentó en la Maestranza de Sevilla, mostrando su calidad sobre todo con el segundo de su lote, al que le cortó una merecida oreja. Antes había triunfado en Francia, en Boujan-Sur-Libron, alternando con Andrés.

No se puede dejar de preguntar ¿Qué hubiese ocurrido de no haber sido cogido aquella tarde isidrina? Aunque nadie tiene la bola de cristal, no dudo que hubiese salido airoso del festejo, incluso por encima del único sobreviviente Francisco José Espada, que si bien pudo resolver la durísima papeleta, no supo salir lanzado como triunfador del máximo ciclo. Espada es un buen torero, pero aún no muestra la aureola de los predestinados.

El vertiginoso despegue de Andrés Roca Rey tras su presentación en Madrid y la inmediatamente anunciada alternativa en Nimes, cambió el panorama taurino en lo que a los peruanos se refiere. Aunque no se quiera admitir, el peso de esa gesta –que se acrecentó con la salida a hombros de Sevilla- ha recaído, sin quererlo, sobre los hombros de Joaquín. Se le ha trasladado la presión de triunfar y de equiparar los logros del otro. Es el precio inevitable de que confluyan dos novilleros peruanos en España, después de decenas de años de ausencia absoluta. Existe una competencia real, signada por la nacionalidad y la convergencia que hacen imposible eludir la comparación. Hoy por hoy, los dos están en boca de la prensa y cuando se habla de uno, también se hace del otro. Dos días atrás, un tweet del periodista Manolo Moles ratificaba lo que digo.
Especulo que ello debió influir en Joaquín el día de su frustrada presentación en Madrid. A los propios nervios de comparecer ante la afición más exigente, la plaza que da y quita, se le añadía la necesidad de salir victorioso como hizo “el otro peruano”.  La voltereta que pudo evitarse, concuerda con ello. En esa jornada Joaquín no sólo perdió la conciencia por el topetazo, sino una valiosa oportunidad de mostrarse con tres novillos, pues Madrid en San Isidro, es el principal escaparate del mundo taurino, con televisión incluida.

Cierto es que el zarpazo rocarrerista ha alterado algunos planes. Veamos. Joaquín tenía previsto terminar el año en el escalafón menor y torear dos novilladas en la Feria del Señor de los Milagros. La alternativa se pensaba, probablemente, en una plaza del levante u Olivenza, a inicios de la temporada Española, o quizá, unos meses después en una feria importante.  En esa senda, Citotusa ya tenía apartadas las dos novilladas para Acho, una de Santa Rosa de Lima y la otra de La Centinela, de propiedad de matador de toros Gabriel Tizón y el empresario Hernán Velarde, que haría su presentación en la plaza.  Pero ante los resultados de Andrés, los apoderados de Joaquín decidieron no perder el paso y adelantar la alternativa que ahora se estaría dando en Acho, en plena feria morada. Por esta razón, la empresa de Lima habría cancelado las novilladas, incorporando un festival al abono en el que cualquiera de ellos o ambos, podrán codearse con figuras o toreros retirados. No hay que ser adivino para saber que las novilladas sin Joaquín no tendrán éxito comercial.

La pregunta que surge es ¿Conviene acelerar la alternativa porque otro novillero avanza imparable?  La calidad de Joaquín está fuera de toda discusión, pero cierto es que debe terminar de madurar como novillero; es lo que algunos, a contracorriente, comentamos el año pasado, tras su claro triunfo en Lima.  Y eso no debe desesperar a nadie. Joaquín estrena nuevos apoderados, la flamante y poderosa FIT, que maneja plazas y toreros en España y México. Esperemos que esta fusión empresarial con pretensiones enormes, no esté precipitando las cosas ni quemando etapas. El tiempo lo dirá.

La novillada de este domingo 14, en la que actuará mano a mano con Martín Escudero, había sido diseñada para que también la toreen Andrés y Francisco José Espada, que es apoderado por Taurodelta, la empresa de Madrid. Es decir, dos de los novilleros que han generado mayor expectativa. Repensada las cosas, Espada se retiró del cartel y, por ello, Andrés hizo lo mismo, pues más era lo que arriesgaba que lo que podría ganar en esta novillada mutilada, fuera de San Isidro y en donde cualquier marrajo puede salir de los chiqueros.  Su apoderado José Antonio Campuzano declinó argumentando -según me dicen- "las mismas razones por las que Espada no torea”. El maestro acertó. Andrés no necesita por ahora regresar a Madrid, de donde ha salido catapultado y con novilladas en plazas de primera categoría que serán televisadas, como Pamplona o Bilbao, además de Salamanca y Santander, entre otras. Además, con Espada también se retiraron del cartel los Fuente Ymbro que, sobre el papel, eran garantía y aliciente de la novillada. 
Sin duda, la necesidad la tienen los que se quedaron: Galdós y Escudero, que se fueron inéditos de San Isidro. Lo positivo de estos manejos de despacho, es que Joaquín tendrá nuevamente tres novillos aguardando en los toriles de Las Ventas, con los que tendrá mas posibilidades de exhibir su clase y categoría. Esperemos que no salgan unos tios imposibles. Así, se mueven los hilos en el mundo del toro. Este domingo 14, todos los peruanos esperamos que Joaquín continúe en esa senda, imponga en Madrid la hondura de sus muletazos y logre una nueva hazaña.

miércoles, 3 de junio de 2015

"REVISTA CARETAS". EXTENSO ARTICULO SOBRE ANDRES ROCA REY. "EL NIÑO BRAVO".

EL NIÑO BRAVO
La revista Caretas publica artículo de cuatro páginas sobre Andrés  Roca Rey, con una mención en la caratula.

Un “diamante casi pulido”. Así está escrito en los diarios y portales, dice Jaime de Rivero, crítico taurino de CARETAS. “La prensa española ha sido unánime en reconocer su valiosa actuación, incluyendo a los opinólogos más ácidos y también los desquiciados”, amplía el conocedor. La gesta se vivió el 18 de mayo en Las Ventas, en Madrid, en la undécima de la Feria de San Isidro. Fueron seis novillos de Conde de Mayalde.


Aquella vez, a sus 18 años, Andrés Roca Rey volvió a jugarse la vida, coqueteando temerariamente con la muerte. Ya había hecho historia el pasado 19 de abril al ser el primer novilllero en abrir la Puerta Grande de Las Ventas en 4 años. En esa ocasión cortó una oreja y recibió tres puntazos. Supo erigirse como el primer peruano en 66 años en lograr tal hazaña. Esta vez, aunque no cortó trofeos, ni volvió a abrir la puerta de Las Ventas, el heroísmo fue acaso mayor. “Era una tarde muy importante para mí”, recuerda Andrés Roca Rey a la distancia. “Era Las Ventas: la plaza más importante del mundo. Tenía que pasar algo que la gente recuerde”. Y vaya que lo recordaron. Se fue de vacío, pero su cotización ha crecido tanto como si hubiese cortado orejas”, precisa De Rivero. “Estuvo a merced de la tragedia, sobre todo en ese hachazo final del sexto, que felizmente terminó su ciego derrote cuando el pitón empezaba a tocar el cuello del torero”. 

A la distancia, Andrés recuerda el momento. “Sentía mucha responsabilidad mezclada con ganas y, a la misma vez, disfrutaba cada momento porque había soñado mucho con ese día desde que comencé a ser torero”, concluye. “Guardo mis sensaciones, esa sensación de tarde importante en la que tienes que tirar la moneda al aire y cuando llegas al hotel a quitarte el traje te sientes vaciado, aunque siempre queden cosas pendientes por hacer”.
Ahora la expectativa es grande. El próximo 4 de junio, en la Fiesta del Corpus Christi, Andrés toreará en la legendaria plaza de La Maestranza de Sevilla. La historia de este mozo se va escribiendo como la de los grandes.

Andrés toreó su primer becerro a los 7 años de edad. El ejemplar fue un regalo de cumpleaños, cortesía de Rafael Puga. Nada inusual considerando la legendaria estirpe torera de los Roca Rey. La leyenda se remonta a su bisabuelo, Bernardo Roca Rey García, quien, junto con su hermano Carlos, tuvo una pequeña ganadería de toros de lidia, “Chacrasana”, en Huachipa, Lima. Décadas después, su tío “Tuco” Roca Rey sería el torero “señorito” –novillero que viste de corto– que alternó plaza en Lima con el propio ‘Manolete’ y Miguel Espinosa ‘Armillita’, entre otras glorias. De la década de 1960 en adelante, los Roca Rey serían infaltables empresarios y grandes animadores de la fiesta brava de Acho.

Andrés es hijo de María Mercedes y Fernando Roca Rey. Además, es hermano menor de Fernando (29), también torero. Estudió en el Carmelitas hasta que decidió dejar el colegio en cuarto de media. Tuvo que completar sus estudios por exámenes a distancia del Liceo Naval. Estaba convencido: iba a ser torero. Fue entonces cuando viajó a España. Fue allí donde se entrena con José Antonio Campuzano en las afueras de Sevilla.

Campuzano lo había visto torear en México, en el festival de escuelas taurinas en Aguas Calientes. En ese entonces, Andrés solo tenía 10 años. Campuzano fue testigo de su triunfo en la categoría correspondiente. Luego, le ofrece a la familia encargarse de Andrés cuando este cumpla 16 años. Y así fue.
Imposible no comparar la historia de Andrés con la de Sebastián Castella, otra gloria del toreo apadrinado por Campuzano. Hoy, el maestro se ha convertido en el apoderado del peruano.

Algo diferencia y une a Andrés Roca Rey con la larga historia familiar. Andrés es el primero de la estirpe en torear en Las Ventas.

Su padre Fernando vio la dramática última corrida por televisión, desde Lima. La madre prefiere no verlas. Cuando el hijo recibió el puntazo en el cuello y cayó a la arena, el padre dejó escapar un grito de espanto. “Pensé lo peor”, confiesa.

“Se sufre mucho con un torero en la famlia”, admite el padre. “Con uno basta y sobra, y yo tengo dos”.