viernes, 7 de diciembre de 2018

Revista APLAUSOS : JOAQUIN GALDOS GANADOR DE LA PUNTILLA DE PLATA


JOAQUIN GALDOS GANADOR DE LA “PUNTILLA DE PLATA" DE LA PEÑA TAURINA EL PUNTILLAZO DE LIMA

Corresponsal  JAIME DE RIVERO

La Peña Taurina el Puntillazo de Lima otorgó el premio “Puntilla de Plata 2018” al matador de toros Joaquín Galdós por la lidia del toro “Garavito” de la ganadería Puerto de San Lorenzo, corrido en sexto lugar y al que le cortó dos orejas en la cuarta corrida de la Feria del Señor de los Milagros que se celebra en la plaza de toros de Acho.

La Peña Taurina El Puntillazo fue fundada en el año 1986 y es una de las asociaciones de aficionados más reconocidas de Lima. Desde el año 1989, otorga la codiciada “Puntilla de Plata” con la que se premia al matador de toros que realiza la mejor lidia, de acuerdo a las condiciones del toro, durante las corridas de toros de la Feria del Señor de los Milagros.

Para la valoración de las faenas candidatas, se evalúa las condiciones del toro para determinar si fue aprovechado en su totalidad, o corregidos o superados sus defectos o complicaciones, entre otros. Asimismo, la evaluación considera la dirección de la lidia y el toreo durante los tres tercios, incluyendo la ejecución de la suerte suprema.

                    

jueves, 6 de diciembre de 2018

Revista CARETAS --"CIERRE DE FERIA GRANDE" --Escribe JAIME DE RIVERO

Roca Rey cortó tres orejas. Con Ponce y El Juli son los toreros
más importantes de los últimos 30 años.

A PLAZA LLENA, ROCA REY SALE A HOMBROS, EL JULI CONTUNDENTE PIERDE LA PUERTA GRANDE POR LA ESPADA Y ENRIQUE PONCE MAGISTRAL CON EL PEOR LOTE

Escribe Jaime de Rivero
Caretas, 6 de diciembre de 2018

El domingo pasado concluyó la feria limeña con el cartel más rematado de la temporada española. Dos toreros consagrados, con décadas en la cima, enfrentando a un bisoño pero arrollador peruano, tocado por la varita de los dioses. Ninguno de la terna, que insólitamente reunía a ganadores de 10 escapularios de oro, quiso dejarse ganar la partida. Con valor, técnica y entrega, las tres figuras estuvieron por encima del poco colaborativo encierro de Sánchez Arjona. Con edad y peso, aunque desigual de presentación, pero complicados, con peligro y bajos de raza.  

Enrique Ponce hizo saber, por enésima vez en Acho, su condición de gran maestro del toreo. A sus ya casi 50 años, mantiene una férrea afición y la voluntad del novillero sin contratos, que lo llevan a entregarse sin reservas. Lidió magistralmente al peor lote, tapándole defectos y haciendo que parezca mejor de lo que era. Con la pañosa en la cara, corrigió al distraído e informal primero, que no daba dos embestidas iguales y al que logró imponerse, sobre todo por el derecho. Mató mal y fue ovacionado en el tercio.

La mayor dimensión de su capacidad, que supera a la sabiduría y ronda los linderos de la ciencia, afloró con el pésimo y peligroso cuarto, que para cualquiera no tendría un pase.  Cruzándose y con el toque fuerte de muleta, logró hacerlo pasar y, luego, repetir, siempre tirando con temple del remiso animal. Por la izquierda logró la tanda más cuajada, pero el toro no permitía mayor lucimiento. Aguantó muchísimo cuando el toro se paró. Faena que valoran los profesionales y los buenos aficionados por el marrajo inservible que tenía delante. La espada le impidió tocar pelo.

Pocos toreros han tenido el poderío que ha alcanzado El Juli. Lleva veinte años de figura en los que ha desarrollado una técnica eficaz e implacable, gracias a su enorme valor. No tuvo opción con el complicado segundo, peligroso por reservón y mirón, que fue empeorando durante su lidia y al que le faltó castigo en varas. 

El madrileño estuvo rotundo con el quinto al que recibió primorosamente a la verónica dejando un remate torerísimo de mano baja.  En la muIeta mostró su poder toreando por derechazos, haciendo romper en bravo al noble animal. Con firmeza y autoridad, se lució en largos naturales con gusto y temple, bajándole la mano. Tres series sucesivas de circulares fueron el colofón imponente de una faena estupenda, de escapulario, que malogra con un pinchazo arriba y una espadazo eficaz, pero demasiado atravesado. Se le premió con una oreja.

Todopoderoso . El Juli brindo una gran faena al quinto de Sanchez Arjona,
Aquí se luce quitando de capote. 
Roca Rey es el torero de moda, la primera figura, atrae a los jóvenes y abarrota las plazas. Acho se rindió a sus pies desde el paseíllo y no podía ser de otro modo: es peruano y torea con clase, poder y verdad.  Justamente ese poder lo sitúa en la línea de los toreros poderosos como El Juli y que se remontan hasta Joselito El Gallo, según la docta clasificación del crítico Domingo Delgado de la Cámara.
Roca Rey cortó una oreja del tercero, un burel exigente, con hechuras, pero sin remate, que repitió rebrincado de salida.  El toro que tenía guasa, sacó complicaciones y peligro en la muleta, ciñéndose y aprendiendo al mínimo descuido. Roca Rey estuvo valiente y dominador, aun cuando su labor no pudo ser completa. Un pinchazo arriba y estocada algo desprendida, fueron suficientes para cortar la primera oreja.

No se acopló de salida con el sexto, suelto y soso  que embestía por alto. En la muleta el toro ganó en fijeza facilitando su lidia. El trasteo se basó en el pitón derecho, aun cuando al natural lo toreó bien con la mano baja. El astado perdió fuerza y la faena no terminó de coronar. El arrimón y las luquesinas finales. Mató de una estocada delantera. Una oreja sólida y otra dadivosa del Juez.

ESCAPULARIOS DE ORO Y DE PLATA
Concluida la corrida, el Jurado oficial de la Feria, en decisión muy acertada y casi unánime, otorgó el Escapulario de Oro al matador peruano Joaquín Galdós, por su faena al toro Garavito del Puerto de San Lorenzo,  lidiado en 6to. lugar en la cuarta corrida de abono, y al que desorejo tras una faena en la que superó sus complicaciones. El Escapulario de Plata fue para el toro “Belicoso“ de la ganadería peruana El Olivar lidiado en la segunda de abono.

domingo, 2 de diciembre de 2018

AGENCIA EFE --ROCA REY A HOMBROS EN EL CIERRE DE ACHO 2018


El Juli contundente pierde la puerta grande por la espada y Enrique Ponce magistral deja dos faenas importantes.
Joaquín Galdos obtuvo el Escapulario de Oro como triunfador de la Feria, mientras que el Escapulario de Plata fue para la ganadería El Olivar.

Escribe Jaime de Rivero

La feria del Señor de los Milagros llegó a su fin en una tarde de lleno en los tendidos en la que los tres toreros más importantes de la presente temporada y de las últimas décadas, brindaron una gran tarde de toros, a pesar del juego desigual y poco colaborativo de los astados de Sanchez Arjona.

El que abrió plaza, abanto, distraído y sin entrega desde los primeros lances, tuvo en frente a un maestro como Enrique Ponce que supo tapar los defectos del toro que tenía una embestía desigual y descompuesta.  Con la pañosa puesta siempre en la cara del toro, lo hizo repetir hasta meterlo en la muleta. Los mejores pasajes fueron sobre la mano derecha, por encima de las complicaciones de su oponente. Un pinchazo y una estocada desprendida le privaron de una oreja.
Ponce mostró nuevamente toda su maestría en la lidia del cuarto de la tarde, un tio que no embestía sino se defendía con mucho peligro. Cruzándose y con el toque fuerte de muleta, logró hacerlo pasar y, luego, repetir, siempre tirando con temple del remiso animal. Por la izquierda logró la mejor tanda, pero el toro no permitía mayor lucimiento. Faena que valoran los profesionales y los buenos aficionados por el marrajo inservible que tenia delante. Una estocada baja dejó todo en silencio. 

El segundo de la tarde, feo de tipo, no se prestó para el triunfo de El Juli. Peligroso, por reservón y mirón, el toro no repetía ni humillaba. Se le dejó crudo en el caballo, cuando era un toro para picarlo y pegarle. Si en banderillas fue complicado, empeoró aún más en la muleta, acudiendo siempre con la cara arriba. El Juli lo intentó con muletazos de uno en uno, sin mayor trascendencia. Mató de una estocada arriba y fue silenciado.

El Juli estuvo poderoso y contundente con el quinto, con el protagonizó una gran faena que no pudo refrendar con el estoque. Cortó una oreja de las dos que le correspondían por su enorme labor.
El diestro madrileño lo recibió magistralmente a la verónica dejando un remate torerísimo de mano baja, aprovechando la nobleza y repetición del astado. Tras un puyazo al relance, Julián quitó finamente alternando delantales y tafalleras que remató con una larga de cartel.  Todo hecho con temple, gusto y lentitud.  Inició su trasteo por alto, para luego mostrar todo su poderío toreando por derechazos, haciendo romper al animal. Con firmeza y autoridad, se lució en largos naturales que fueron instrumentados con mucho temple, que fue el signo de toda la lidia. Tres series sucesivas de circulares fueron el imponente colofón de una faena rotunda. Mató de pinchazo y estocada arriba pero atravesada.  

El terrible Juez, sin criterio, ordenó la vuelta al ruedo del toro que si bien colaboró a la obra, no merecía ese reconocimiento, oyéndose una fuerte protesta del público.
Los tres alternantes dieron la vuelta al ruedo luego del paseillo acompañando a la instituciones que
 defienden la tauromaquia en el Perú antes el prepotente ataque de los intolerantes antituarinos
Roca Rey triunfó nuevamente en la plaza de Acho. Cortó una oreja del tercero, un toro exigente, con hechuras, pero sin remate, que repitió rebrincado de salida, aunque con más celo y codicia que sus hermanos.  Lo dejó crudo en el caballo para luego cuajar un ajustado quite por chicuelinas. El toro que tenía guasa, sacó complicaciones en la muleta. Ciñéndose y aprendiendo al mínimo descuido. Roca Rey estuvo valiente, firme y dominador. Se impuso sin paliativos ante un ejemplar con peligro aun cuando su labor no pudo ser completa en cuanto al toreo fundamental. Unas bernardinas por la faja dieron paso a un pinchazo y estocada levemente desprendida, pero suficientes para cortar una oreja.

El peruano no se acopló de salida con el sexto, un toro soso y sin fijeza  que embestía por alto, sin humillar, desde los primeros capotazos  El quite de Roca Rey, por gaoneras, fue de máxima exposición y quietud.  Inició la faena con muletazos sobre la diestra y cambiados por la espalda. A partir de entonces, el toro ganó en fijeza facilitando su lidia. El trasteo se basó en el pitón derecho, aun cuando al natural lo toreó con la mano baja. Apuntando una gran serie por ese lado. El astado perdió fuerza y transmisión y la faena no terminó de coronar. Manoletinas finales y una gran estocada, delantera, le permitieron cortar dos orejas, cuando merecía una oreja sólida.



Feria del Señor de los Milagros. Con plaza llena se han lidiado 6 toros de Sánchez Arjona. Pitados en el arrastre, salvo el 5º -Palmito, nº 10, negro salpicado, de 504 kilos de peso- fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Desiguales de presentación, bajos de raza y sin clase, en líneas generales. Enrique Ponce, ovación con saludos y silencio; El Juli, silencio y oreja; y Roca Rey, oreja y dos orejas. 

Concluida la corrida, el Jurado oficial de la Feria, en decisión muy acertada, otorgó el Escapulario de Oro al matador peruano Joaquín Galdós, quien cortó tres orejas en la cuarta corrida de abono, mientras que el Escapulario de Plata fue para el toro “Belicoso“ de la ganadería peruana El Olivar, que fuera lidiado por Alfonso de Lima, en la segunda corrida de abono. Pocas veces una elección de escapularios ha sido tan coincidente y pacifica entre aficionados, como la de esta feria.