jueves, 24 de enero de 2013

ENTREVISTA PARA EL DIARIO "HOY" DE ESPAÑA

«Jurídicamente no es posible prohibir las corridas de toros». Así de tajante se muestra el abogado y crítico taurino peruano Jaime de Rivero, que acaba de publicar 'Derecho y cultura taurina: inconstitucionalidad de la prohibición y otras propuestas antitaurinas'. Un libro que pretende abordar desde el campo jurídico el debate en torno a la tauromaquia.

El autor demuestra que no es posible prohibir las corridas de toros, pues los sistemas jurídicos están orientados a preservar las distintas culturas. «La corriente mundial que lidera la Unesco con el respaldo de la comunidad internacional, propugna la protección de la diversidad cultural como mecanismo idóneo para alcanzar la paz entre los pueblos. La cultura taurina exige respeto y tolerancia, valores esenciales de la vida en democracia», afirma el autor.

HOY-¿Por qué es inconstitucional prohibir los toros?
JDR -Las corridas de toros son esencialmente una manifestación cultural ancestral y ello nos conduce al campo de los derechos culturales previstos en la Constitución, en el caso de Perú, al igual que en la mayoría de países, protege el derecho humano a la cultura que está consagrado en el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este derecho humano garantiza a las personas la libertad de elegir, acceder y participar de las manifestaciones de su propia identidad cultural, como las corridas de toros. 
HOY -¿Esta es la tesis que plantea en su libro?
JDR -Sí. Los que practicamos la cultura taurina acudimos a la plaza de toros en ejercicio de nuestro derecho humano a la cultura que el Estado debe proteger. Este derecho está consagrado en la Constitución y en tratados internacionales suscritos en los últimos 70 años. A partir del derecho humano a la cultura han surgido otros derechos culturales que también protegen a la tauromaquia, tales como la protección del patrimonio cultural, que la Constitución Española contempla en su artículo 46, la protección de la diversidad cultural, el derecho de las minorías culturales... La ley protege a las culturas minoritarias para que no sean destruidas por otras dominantes.

HOY -¿Está siendo perseguida, a nivel mundial, la cultura taurina? ¿A qué cree que puede ser debido?
JDR -Existe una persecución para denigrar, discriminar y finalmente, eliminar a la cultura taurina, como lo revela fácilmente el discurso antitaurino. La cultura dominante pretende eliminar a una cultura minoritaria que no comprende. Este avasallamiento cultural ha ocurrido desde el inicio de la civilización y ha provocado la pérdida de gran parte de la riqueza cultural de la humanidad. En este caso, la cultura taurina es portadora de un valor que es rechazado por la cultura dominante: sacrificar a un animal en un acto público. La intolerancia cultural aparece aquí discriminándola y descalificándola por "bárbara" o "salvaje" para facilitar su extinción.

HOY -¿Cómo se puede luchar contra la corriente antitaurina?
JDR -Desde la perspectiva de los derechos culturales, las propuestas antitaurinas no solo son ilegales sino anacrónicas. La corriente mundial que hoy prevalece es la de proteger y preservar las diversas culturas y así está reflejado en tratados promovidos por la Unesco con el aval de la comunidad internacional, que buscan la interculturalidad, es decir, el diálogo entre las culturas a través de la tolerancia y el respeto recíproco como vehículo para alcanzar la paz entre los pueblos. Estos tratados internacionales son leyes de cumplimiento obligatorio en todos los países que los han firmado.

HOY -¿Tienen fundamentos legales las propuestas de los antitaurinos en contra de la fiesta?
JDR -El sistema legal impide la prohibición de las culturas y de las manifestaciones culturales, incluyendo las medidas que pudieran causar su extinción. La protección de los derechos humanos prima sobre el resto de derechos y sobre la protección de los animales, que ni siquiera son titulares de derechos.

HOY -¿En qué medida pueden interferir las leyes de bienestar animal?
JDR -Estas ideas son recientes y han penetrado con fuerza en nuestros países, oponiendo a un grupo humano con otro que posee una visión distinta. Nuestros países promueven el cuidado animal, o al menos de ciertos animales, con normas y sanciones, pero también contemplan lo que se denomina  "excepción cultural" que permite que ciertos grupos puedan continuar practicando las tradiciones de su identidad cultural aún cuando impliquen el sacrificio de animales.

HOY -¿Cómo puede contribuir el derecho en la defensa de la fiesta?
JDR -El derecho es pieza fundamental pues la controversia culminará en el Parlamento o en los tribunales. Justamente, el derecho es una de las fortalezas que tiene la fiesta y debe ser utilizado eficazmente.

HOY -¿Podría utilizarse la defensa legal de la fiesta en varios países?
JDR -Por supuesto y este es el aporte de mi libro. Los derechos culturales se han desarrollado a través de tratados internacionales firmados por todos los países a partir de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. A través de esos instrumentos, los Estados se han obligado a defender y preservar los derechos culturales.

HOY -¿Qué valoración hace de la defensa actual de la fiesta a nivel internacional?
JDR -La defensa ha sido meritoria pero espontánea y carente de estrategia. La posición ha sido reactiva sin atender a nuestras fortalezas. Se ha salido a justificar la fiesta, intentando demostrar sus virtudes ante una audiencia reacia a ello. Los antitaurinos siempre nos han llevado al campo de las emociones, centrando el debate en si el toro sufre, si se desangra, si se le pica, si se le golpea, entre otros aspectos que solo sirven para despertar negativamente la sensibilidad de las personas indeferentes. Este plano de la discusión nos es desfavorable y tenemos las de perder por más estudios científicos que exhibamos. La sangre es más efectiva que cien argumentos técnicos.

HOY -¿Cómo plantearía usted la defensa de la fiesta?
JDR -Propongo concentrarnos en nuestras fortalezas, los aspectos culturales y la legislación. Es necesario trasladar el debate, abandonar el campo de las emociones y entrar a discutir la legalidad de las propuestas. El asunto de fondo es si una cultura puede ser eliminada por una mayoría que no la acepta y qué protección brinda el derecho a esa minoría discriminada. Debemos reafirmar nuestra cultura y exigir respeto y tolerancia.

HOY -Eliminar la muerte de las corridas, ¿es positivo o negativo para el espectáculo?
JDR -Es un gravísimo error que conducirá a la desaparición de la tauromaquia, pues se desmembraría la esencia misma de este rito. La cultura taurina no debe ceder ante ello, debe reafirmarse y exigir tolerancia y respeto a la diversidad cultural, invocando la legislación que nos respalda.

HOY -¿Cómo ha vivido la prohibición de la muerte en Quito?
JDR -Este asunto también fue político, pues se conoce que la familia del presidente Correa es taurina, sin embargo, los propietarios de la plaza de Quito son opositores al gobierno y poseen medios de comunicación que mantienen esa línea. El referéndum fue manipulado desde la difusión que tuvo en los medios hasta la formulación de la pregunta. La prueba es que habiendo perdido en todo el país, pero logrado el objetivo de Quito, la política hostíl contra la fiesta cesó. Ecuador es parte de los mismos tratados internacionales por lo que espero que mi libro contribuya al restablecimiento de la integridad de la fiesta.

HOY -¿Deberían unirse todos los países taurinos para proteger la tauromaquia de manera conjunta?
JDR -Las asociaciones de profesionales y aficionados deberían integrar una red internacional que les permita evaluar las condiciones, diseñar una estrategia e implementar políticas comunes para defender y difundir la fiesta.

HOY -¿Cuáles podrían ser las maneras de protegerla de manera conjunta? ¿La Unesco y la declaración de Patrimonio Cultural son la solución?
JDR -Es una fórmula amparada en los derechos culturales que dotaría de intangibilidad a la tauromaquia. Al igual que la declaración de la Unesco, es importante que los estados lo declaren y la incorporen a la lista de bienes culturales protegidos conforme a los tratados internacionales.

Abolición catalana

HOY -¿Siguió usted la prohibición de los toros en Cataluña? ¿Podría haberse hecho algo más?
JDR -La prohibición fue utilizada políticamente por los separatistas catalanes. La política tiene sus propios intereses y no siempre marcha al compás de las leyes. Existe un recurso ante el Tribunal Constitucional de España que debería resolverse a favor de la fiesta, tal como ha ocurrido en Francia, Colombia y Perú, pues los derechos culturales deben prevalecer y son innegables. 

HOY - ¿Quiénes deben unirse para proteger de una vez por todas la fiesta: políticos, empresarios, toreros, ganaderos.? ¿En manos de quienes está la llave, si es que existe, para blindar la fiesta?
JDR -El problema es que no tiene unidad ni tampoco un ente rector que permita una acción orgánica, como por ejemplo, lo tiene el fútbol con la Fifa. Deben ser las entidades más representativas las que se reúnan en torno a ello, dejando de lado intereses particulares.

HOY -¿Tiene pensado presentar su libro en España?
JDR -Es muy probable que se presente en España, ya he recibido invitaciones de Ecuador y Venezuela.

miércoles, 16 de enero de 2013

PONCE: EL TORERO DE LIMA. ENTREVISTA AL MAESTRO VALENCIANO POR JAIME DE RIVERO PUBLICADA EN REVISTA "COSAS" (PERU)

Enrique Ponce: el torero de Lima

Por: Jaime de Rivero. 
Fotos de Alonso Molina.


 En : http://cosas.pe/personajes/enrique-ponce-el-torero-de-lima?fb_action_ids=535961293100605&fb_action_types=og.likes&fb_source=aggregation&fb_aggregation_id=246965925417366

Ponce es quizás el mejor matador de la historia, un genuino ídolo en Lima y ganador de varios escapularios del Señor de los Milagros. Hace pocos días salió en hombros por décima vez de Acho, plaza en la que batió varios récords. En esta entrevista con su biógrafo en el Perú, el crítico taurino Jaime de Rivero, el español nos habla de su profesión, de su familia y de su entrañable relación con nuestra ciudad.
“Yo aprecio muchísimo a la afición de Lima. Aquí he tenido tardes maravillosas en las que he disfrutado mucho. En esta última feria corté dos orejas, sumé diez salidas en hombros por la puerta grande en 19 años continuos cortando trofeos en Acho, récord que ni yo mismo puedo creer”, dice el torero, mientras recorremos la ganadería de lidia Campo Nuevo, de Rafael Puga.

JDR–Cuéntame cómo así fuiste de luces a la peña taurina La Cochera cuando concluyó la última corrida.
–Sí, estaba muy emocionado cuando salí de la plaza y decidí celebrarlo inmediatamente con mis amigos en esta tradicional peña que se reúne tan cerca de Acho. Tan pronto subí a la furgoneta instruí al chofer para que me llevara a La Cochera. Eso fue una locura, con tanta gente contenta. Lo quise hacer el año pasado, pero no se pudo. 


JDR –¿Qué significa Acho en tu carrera?
–Muchos no lo recuerdan, pero cuando debuté aquí, en 1991, era muy joven y no tenía aún la categoría de figura del toreo. Ese temprano triunfo en Acho, que bien pudo merecer el Escapulario, me ayudó a afrontar la temporada de 1992, que es cuando comienza mi despegue con un triunfo importante en Valencia. Guardo en un lugar muy importante los escapularios del Señor de los Milagros que he ganado todos estos años en Lima.

JDR –¿Tienes buenos amigos peruanos?
–Varios, porque son más de 20 años que llevo viniendo. Entre todos ellos, destaco a Gabriel Tizón, quien siempre está conmigo en Lima, igual que Rafael Puga. Ricardo Tizón y Santiago de Osma son mis grandes compañeros de golf, que es una de mis pasiones y siempre que viajo aprovecho para jugarlo. Un amigo especial es Mario Vargas Llosa, que es un ilustre mundial que se ha involucrado muchísimo en la defensa de la fiesta, y por eso le brindé un toro en Acho este año.

JDR –¿Cómo nació la amistad con Vargas Llosa?
–Él es un gran aficionado y hace muchísimos años que nos vemos en distintas corridas de España. El vínculo que nos une son los toros. Nos vemos poco, pero siempre que podemos coincidir lo hacemos para cenar, en cualquier lugar del mundo. También tengo una buena amistad con su hijo Gonzalo.

JDR –Ser torero es muy sacrificado. ¿Cómo te apoya tu familia?
–Muchísimo. Estoy casado con una mujer maravillosa, Paloma Cuevas, y tengo dos hijas: Paloma, de 4 años: y Bianca de 11 meses. Durante muchos años hemos vivido en el campo, en una finca que tenemos en Jaén, pero ahora estamos en Madrid, porque ya la mayor va a la escuela.

JDR –Llevas 16 años de matrimonio con Paloma. ¿Cómo vive ella tu profesión?
–Ella lo vive intensamente y lo sufre mucho. Es una mujer que está pendiente de mis actuaciones y pasa mucho miedo. Cuando yo toreo, ella siempre está en casa o en la iglesia.

JDR –¿Y en la plaza?
–Paloma nunca ha ido a verme torear. Me vio antes de ser novios, al ser hija del exmatador Victoriano Valencia, que es mi apoderado. Pero desde que empezamos a salir de novios nunca ha ido a verme a una plaza. Mi hija Palomita tampoco ha ido todavía, pero no se pierde un tentadero, que es cuando pruebo a las futuras madres de las ganaderías. Ella está muy atenta y me aplaude muchísimo. Me gustaría que fuese alguna vez, pero en un lugar donde no haya mucha responsabilidad, como un festival, pues en una corrida de toros pueden pasar muchas cosas.


JDR -¿Y cómo se entera Paloma del resultado de las corridas?
–Victoriano Valencia la llama y le va diciendo cuál es el resultado de cada toro, no de la corrida. Así, ella está tranquila dentro de la angustia que es para una madre tener un esposo torero.

JDR –Los toreros son una casta única. ¿Aceptarías que tus hijas se convirtieran en toreras?
–Ellas pueden ser todo lo que quieran ser. Si deciden ser toreras, las dejaría y las apoyaría en todo lo que esté a mi alcance.

JDR –¿Qué es el toro para ti: un amigo o un enemigo?
–Yo siempre lo he visto como un colaborador, él es imprescindible para poder desarrollar el arte y el sentimiento que llevo dentro. Lo que pasa es que es un animal irracional, que unas veces colabora y otras no. Muchas veces no colabora, te pone en apuros, en problemas, pero ahí aparece otra faceta del torero: la del lidiador poderoso. El toro no tiene amigos porque es una fiera y hasta el más bueno, si puede, te mata.

JDR –¿Afirmarías que el toreo ayuda a la comunidad?
–Ninguna actividad ha ayudado a la comunidad como los toros. Particularmente, he participado en más de 400 festivales benéficos para apoyar causas altruistas, sin ganar dinero. ¿Tú sabes que el primer festival a favor de la lucha contra el cáncer lo toreé cuando tenía 9 años? A partir de entonces, lo he hecho siempre que he podido. Incluso soy miembro de la Asociación Española contra el Cáncer.

lunes, 14 de enero de 2013

DIARIO CORREO (LIMA) ENTREVISTA A JAIME DE RIVERO SOBRE LA DEFENSA CULTURAL Y LEGAL DE LA FIESTA


"Los antitaurinos caen en un totalitarismo cultural"



Textos:Mario Camoirano web@epensa.com.pe |Fotos:Epensa 

Publicado en : http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/2937178/los-antitaurinos-caen-en-un-totalitarismo-c

06 enero 2013 | Lima -
Todos los años, en noviembre, se dan cita, en los alrededores de Acho, los amantes de la tauromaquia y sus detractores. Pero para estos últimos no son suficientes las escenificaciones y vituperios, también buscan prohibir o mutilar esta manifestación cultural con iniciativas legales. Jaime de Rivero, abogado y periodista taurino, en su reciente obra Derecho y Cultura Taurina, les sale al frente con argumentos jurídicos y reclama para los amantes de la "fiesta brava" la protección constitucional del derecho humano a la cultura.


Correo: Un argumento central del movimiento antitaurino es que ninguna tradición, por arraigada que sea, debe estar por encima de la razón y la moral.
Jaime de Rivero: Las corridas de toros en el Perú son una verdadera fiesta nacional que late intensamente en provincias y comunidades. Por ello, quienes pretenden imponer su oposición a dicho espectáculo, caen en un totalitarismo o avasallamiento cultural. Consideran sus valores culturales privilegiados y superiores, lo que les daría una suerte de legitimidad para arrasar con otros valores culturales. Afortunadamente, como parte de la permanente evolución de la defensa de los derechos humanos, a partir de la segunda mitad del siglo XX comenzaron a desarrollarse los llamados derechos de tercera generación, que entre otros aspectos promueven la tolerancia respecto de la diversidad cultural como uno de los caminos para asegurar la paz. Si revisas la historia de la humanidad, detrás de cada guerra ha existido un intento de un grupo por imponer su particular cultura a los demás.


C: ¿No es la tauromaquia precisamente una expresión del avasallamiento cultural que trajo consigo la conquista española del Perú?
JdR: Es verdad que las culturas precolombinas fueron avasalladas durante la Colonia y casi se extinguieron. Pero también lo es, como sostenía el maestro José Antonio del Busto, que desde el nacimiento del primer mestizo, el Inca Garcilaso de la Vega, se dio inicio a un sincretismo cultural. La tauromaquia, como el idioma castellano y la religión católica, es un elemento permanente de ese sincretismo. Las corridas de toros son tan peruanas como el pisco, la música criolla, la marinera, el caballo de paso o las danzas de tijeras.


C: Pero en ninguna de ellas se produce el sacrificio de un animal.
JdR: Ese aspecto no enerva su condición de manifestación cultural, ni es causa para su prohibición. Lo que sucede es que la corrida de toros constituye un desafío para la cultura occidental dominante. Tanto o más que el sacrificio del toro, a sus detractores les molesta el rito, que un grupo de personas se reúna para "admirar la muerte". Pero esto no hace sino poner de relieve la dualidad ética de la cultura dominante, que para cubrir sus necesidades alimenticias, así como sus placeres gastronómicos, recreativos o suntuarios, sacrifica a miles de millones de animales de manera permanente. Esta verdad, que se esconde en establos y mataderos, es la que la tauromaquia de alguna manera saca a la luz al mostrar con autenticidad la muerte del toro bravo.


C: ¿De qué manera la tauromaquia se encuentra protegida por la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos?
JdR: El derecho a la cultura es inherente a la dignidad de todo ser humano y está reconocido en multitud de instrumentos internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Convención Americana de Derechos Humanos. En todos estos tratados, de los que el Perú es parte, se reconoce que los individuos tienen el derecho de participar en la vida cultural de su comunidad, como espectador, intérprete u organizador. Además, esos tratados impiden al Estado Peruano adoptar medidas o políticas públicas que atenten contra la conservación, desarrollo y difusión de las distintas manifestaciones culturales.


C: Pero en el Perú el Tribunal Constitucional (TC) declaró que no existe ningún argumento racional que justifique que el ser humano someta a torturas y dé muerte a los animales; más aún en espectáculos públicos.
JdR: Afortunadamente, el propio TC, en sentencias posteriores, ha sepultado ese argumento inverosímil. Primero, en la sentencia sobre la hoja de coca declaró que el Estado está obligado a respetar, reafirmar y promover todas las costumbres y manifestaciones culturales que forman parte de una sociedad pluricultural como la peruana, siempre que tales prácticas respeten los derechos fundamentales de las personas. Luego, en el 2011, reconoció expresamente el carácter de manifestación cultural de la tauromaquia y que por tanto las corridas de toros no pueden afectar la dignidad ni los derechos de quienes reprueben dicha práctica, en la medida que no sean obligados a presenciarlas.


C: ¿Qué pasaría en caso de prosperar un eventual referéndum respecto de una iniciativa legislativa para prohibir las corridas de toros?
JdR: El propio artículo 32° de la Constitución reconoce que no puede someterse a referéndum la supresión o disminución de derechos fundamentales. Los derechos culturales existen para proteger a las culturas minoritarias de las dominantes. Precisamente por ello su supervivencia no puede quedar sometida a una votación o referéndum que pretendería legitimar el abuso de una mayoría sobre una minoría.


C: Algunas personas proponen que se mantengan las corridas, pero eliminando las suertes que causan sufrimiento al animal, como las picas, las banderillas o la muerte del animal.
JdR: Esa propuesta no pretende salvar la vida del toro, solo impedir que los espectadores presencien su muerte. El verdadero propósito es destruir el espectáculo. El rito taurino posee una estructura ordenada, no por azar o crueldad, sino para la consecución de un fin. Como dice el maestro De Cossío, en la lidia se busca domeñar al toro. La disminución progresiva de sus facultades, por la pérdida de sangre, debe ser suficiente, pero no excesiva, para templar el espíritu de la fiera antes del lance definitivo. Sería tan absurdo como eliminar los arcos en una cancha de fútbol. Sin goles no hay espectáculo y la afición acabaría.


C: Finalmente, ¿qué opina del proyecto para prohibir el ingreso de menores a las corridas?
JdR: Es otra manera en que los antitaurinos pretenden someter a agonía esta manifestación cultural, impidiendo de paso la formación y desarrollo de nuevos toreros. Es un artificio sensacionalista y melodramático que busca cautivar a la población apelando deslealmente al interés más noble, como lo es la niñez.

jueves, 3 de enero de 2013

MEDIOS DE VARIOS PAISES INFORMAN SOBRE PUBLICACION DE MI LIBRO "DERECHO Y CULTURA TAURINA"

Diario "ABC"  (España)

Actualidad (España)

La Razón (España)

Al Toro México

Aplausos (España)

Burladero (España)

Cadena COPE (España)

Cadena COPE (España)


Agencia EFE (España)

Diario EL MEN (Perú)

El Mundo Digital (España)

EuroNews

Iberoamerica.net (España)

La Información (España)

El Universo (Ecuador)

Nuestro Jaén (España)

Perú Noticias

Perú Taurino

Plataforma Taurina del Perú

Publimetro (México)

Publimetro (México)

Qué  (España)

SDP Noticias  (España)

Trujillo Toros

Burladero (España)