miércoles, 16 de enero de 2013

PONCE: EL TORERO DE LIMA. ENTREVISTA AL MAESTRO VALENCIANO POR JAIME DE RIVERO PUBLICADA EN REVISTA "COSAS" (PERU)

Enrique Ponce: el torero de Lima

Por: Jaime de Rivero. 
Fotos de Alonso Molina.


 En : http://cosas.pe/personajes/enrique-ponce-el-torero-de-lima?fb_action_ids=535961293100605&fb_action_types=og.likes&fb_source=aggregation&fb_aggregation_id=246965925417366

Ponce es quizás el mejor matador de la historia, un genuino ídolo en Lima y ganador de varios escapularios del Señor de los Milagros. Hace pocos días salió en hombros por décima vez de Acho, plaza en la que batió varios récords. En esta entrevista con su biógrafo en el Perú, el crítico taurino Jaime de Rivero, el español nos habla de su profesión, de su familia y de su entrañable relación con nuestra ciudad.
“Yo aprecio muchísimo a la afición de Lima. Aquí he tenido tardes maravillosas en las que he disfrutado mucho. En esta última feria corté dos orejas, sumé diez salidas en hombros por la puerta grande en 19 años continuos cortando trofeos en Acho, récord que ni yo mismo puedo creer”, dice el torero, mientras recorremos la ganadería de lidia Campo Nuevo, de Rafael Puga.

JDR–Cuéntame cómo así fuiste de luces a la peña taurina La Cochera cuando concluyó la última corrida.
–Sí, estaba muy emocionado cuando salí de la plaza y decidí celebrarlo inmediatamente con mis amigos en esta tradicional peña que se reúne tan cerca de Acho. Tan pronto subí a la furgoneta instruí al chofer para que me llevara a La Cochera. Eso fue una locura, con tanta gente contenta. Lo quise hacer el año pasado, pero no se pudo. 


JDR –¿Qué significa Acho en tu carrera?
–Muchos no lo recuerdan, pero cuando debuté aquí, en 1991, era muy joven y no tenía aún la categoría de figura del toreo. Ese temprano triunfo en Acho, que bien pudo merecer el Escapulario, me ayudó a afrontar la temporada de 1992, que es cuando comienza mi despegue con un triunfo importante en Valencia. Guardo en un lugar muy importante los escapularios del Señor de los Milagros que he ganado todos estos años en Lima.

JDR –¿Tienes buenos amigos peruanos?
–Varios, porque son más de 20 años que llevo viniendo. Entre todos ellos, destaco a Gabriel Tizón, quien siempre está conmigo en Lima, igual que Rafael Puga. Ricardo Tizón y Santiago de Osma son mis grandes compañeros de golf, que es una de mis pasiones y siempre que viajo aprovecho para jugarlo. Un amigo especial es Mario Vargas Llosa, que es un ilustre mundial que se ha involucrado muchísimo en la defensa de la fiesta, y por eso le brindé un toro en Acho este año.

JDR –¿Cómo nació la amistad con Vargas Llosa?
–Él es un gran aficionado y hace muchísimos años que nos vemos en distintas corridas de España. El vínculo que nos une son los toros. Nos vemos poco, pero siempre que podemos coincidir lo hacemos para cenar, en cualquier lugar del mundo. También tengo una buena amistad con su hijo Gonzalo.

JDR –Ser torero es muy sacrificado. ¿Cómo te apoya tu familia?
–Muchísimo. Estoy casado con una mujer maravillosa, Paloma Cuevas, y tengo dos hijas: Paloma, de 4 años: y Bianca de 11 meses. Durante muchos años hemos vivido en el campo, en una finca que tenemos en Jaén, pero ahora estamos en Madrid, porque ya la mayor va a la escuela.

JDR –Llevas 16 años de matrimonio con Paloma. ¿Cómo vive ella tu profesión?
–Ella lo vive intensamente y lo sufre mucho. Es una mujer que está pendiente de mis actuaciones y pasa mucho miedo. Cuando yo toreo, ella siempre está en casa o en la iglesia.

JDR –¿Y en la plaza?
–Paloma nunca ha ido a verme torear. Me vio antes de ser novios, al ser hija del exmatador Victoriano Valencia, que es mi apoderado. Pero desde que empezamos a salir de novios nunca ha ido a verme a una plaza. Mi hija Palomita tampoco ha ido todavía, pero no se pierde un tentadero, que es cuando pruebo a las futuras madres de las ganaderías. Ella está muy atenta y me aplaude muchísimo. Me gustaría que fuese alguna vez, pero en un lugar donde no haya mucha responsabilidad, como un festival, pues en una corrida de toros pueden pasar muchas cosas.


JDR -¿Y cómo se entera Paloma del resultado de las corridas?
–Victoriano Valencia la llama y le va diciendo cuál es el resultado de cada toro, no de la corrida. Así, ella está tranquila dentro de la angustia que es para una madre tener un esposo torero.

JDR –Los toreros son una casta única. ¿Aceptarías que tus hijas se convirtieran en toreras?
–Ellas pueden ser todo lo que quieran ser. Si deciden ser toreras, las dejaría y las apoyaría en todo lo que esté a mi alcance.

JDR –¿Qué es el toro para ti: un amigo o un enemigo?
–Yo siempre lo he visto como un colaborador, él es imprescindible para poder desarrollar el arte y el sentimiento que llevo dentro. Lo que pasa es que es un animal irracional, que unas veces colabora y otras no. Muchas veces no colabora, te pone en apuros, en problemas, pero ahí aparece otra faceta del torero: la del lidiador poderoso. El toro no tiene amigos porque es una fiera y hasta el más bueno, si puede, te mata.

JDR –¿Afirmarías que el toreo ayuda a la comunidad?
–Ninguna actividad ha ayudado a la comunidad como los toros. Particularmente, he participado en más de 400 festivales benéficos para apoyar causas altruistas, sin ganar dinero. ¿Tú sabes que el primer festival a favor de la lucha contra el cáncer lo toreé cuando tenía 9 años? A partir de entonces, lo he hecho siempre que he podido. Incluso soy miembro de la Asociación Española contra el Cáncer.

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