jueves, 29 de noviembre de 2018

Revista CARETAS ACHO: TRIUNFO Y BRONCA Escribe JAIME DE RIVERO

JOAQUÍN GALDÓS CORTA TRES OREJAS, MANZANARES UN TROFEO Y MORANTE ES FUERTEMENTE ABRONCADO POR ABREVIAR CON EL CUARTO TORO.

Escribe: JAIME DE RIVERO

En los toros todo tiene su tiempo y lugar. Nada debe precipitarse. Ocurre especialmente con los toreros, algunos toman más tiempo en madurar y decantar. Es el caso de Joaquín Galdós, que dotado de notables cualidades artísticas, cada tarde labra su nombre y destino en el mundo del toro. Aún le es esquivo ese gran triunfo en plaza española que le permita llegar a lo más alto, pero por sus condiciones el tiempo juega a su favor.  

El domingo pasado triunfó nuevamente en Acho y lo hizo alternando con dos figuras emblemáticas del escalafón. Ante dos artistas consumados y consagrados. A Galdós se le vio mas hecho y cuajado, con una madurez que trasciende el ruedo y se expresa en su respetuoso comportamiento y la solvencia de su conversación.

Cortó tres orejas a los toros del Puerto de San  Lorenzo y La Ventana del Puerto, de encaste distinto pero bajo crianza de los mismos ganaderos Fraile, que tuvieron una presentación muy desigual en hechuras, feos de cornamenta, justos de fuerza y juego diverso, sin entrega, en el que predomino la mansedumbre.  

Al tercero, que llegó con poco gas a la muleta, Galdós lo toreó con mando por el pitón derecho, instrumentando muletazos largos y de mano baja. En los medios citó a distancia, pero le faltó administrar mejor las fuerzas de su adversario que perdía transmisión. Con la izquierda el animal no colaboraba igual. Con una buena estocada arriba pero trasera, se le concedió la primera oreja de la tarde.

Desorejó al buen sexto del Puerto de San Lorenzo que fue aplaudido en el arrastre. La clave de la faena estuvo al inicio, con los doblones por abajo rodilla en tierra, con los que el coleta nacional terminó de ahormar las complicadas embestidas del astado que no había sido claro de salida. Le siguieron series de derechazos largos y templados, con los que metió al toro en la muleta. Toreo de clase y sabor que conquistó nuevamente a los tendidos de Acho. Coronó su labor con una estocada arriba.
Manzanares torero  siempre querido en Lima, cortó una oreja del corrido en quinto lugar. 
Con buenas verónicas recibió Manzanares al segundo, que metió bien la cara de salida, especialmente por el lado derecho. Tras un buen puyazo, el alicantino inició el trasteo por alto. Siguieron buenas series diestras, con muletazos largos, enroscándose al toro, que embestía con recorrido. Al animal le faltó más motor para que el buen trasteo de Manzanares llegase con más eco a los tendidos. Faena suave y corta, sin exigir mucho condicionada a las facultades del astado. Pinchó arriba antes de la estocada final. Hubo aplausos al toro y ovación con saludos para el torero.

Manzanares le cortó una oreja al quinto de La Ventana, al que fijó bien a la verónica. El toro repitió y humilló con nobleza y obediencia, pero un tanto soso y bajo en trasmisión. El alicantino hizo sonar los oles con su toreo a derechas. Fue haciendo al toro, sobándolo sin exigirle demasiado para convencerlo de embestir, siempre sobrado en empaque. Logró buenas series por ese pitón. Mató de una gran estocada al volapié.

Hacía tiempo que en Lima no se veía una actitud tan impropia como la de Morante con el cuarto toro. Al primer extraño* que le hizo al inicio de faena, tomó el acero y lo despachó sin asco. También hacía tiempo que no se tenía una bronca tan sonora contra un matador, la que además se extendió con bocinazos intermitentes durante lo que quedó de tarde. 
Con el que abrió plaza, manso de solemnidad, Morante no tuvo opción alguna. Nuevamente, se fue sin que Lima haya podido apreciar una gran faena suya. Pero, Morante es Morante, y la espera,  el disgusto y la polémica  le asientan al duende gitano de su personalidad.
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*Algunos dicen que el toro se rompió uno de los remos en el primer muletazo lo que no percibí en la plaza; de haber sido así, el torero debió correr al toro para evidenciar el daño.Algo similar debe hacerse cuando haya duda o discrepancia sobre un  pedido de indulto: dejar que se  siga toreando, que se muestre la bravura del toro hasta el final,   para  convalidar la decisión.

martes, 27 de noviembre de 2018

AGENCIA EFE --JOAQUIN GALDOS A HOMBROS DE ACHO




El peruano corta tres orejas en un festejo en el que Manzanares obtiene un trofeo y Morante resulta fuertemente abroncado

Agencia EFE

Escribe JAIME DE RIVERO

Con tres cuartos de entrada se ha celebrado la 4ª corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Se han lidiado seis toros de Puerto de San Lorenzo (1º, 2º y 6º), La Ventana del Puerto (4º y 5º) y Peña de Francia(3º). Desiguales de presentación, pobres de cara, y variado juego, predominando la mansedumbre. El mejor fue el 6º. Morante de la Puebla, silencio y bronca; Jose Marìa Manzanares, saludos y oreja; y Joaquín Galdós, oreja y dos orejas. 

El primero de Joaquìn Galdós lo trompicó sin consecuencias cuando veroniqueaba de salida. Le cogió, pero regresó de inmediato a la cara del toro, que llegó justo de fuerzas a la muleta. El peruano lo toreó con mando con la mano derecha, instrumentando muletazos largos y de mano baja. En los medios citó en la larga distancia, pero a su buena labor le faltó administrar mejor las fuerzas de su adversario que fue perdiendo transmisión. Con la izquierda el animal no colaboraba igual. Con una buena estocada arriba pero trasera, se le concedió la primera oreja de la tarde.

El peruano remató la tarde con el buen sexto del Puerto de San Lorenzo al que le cortó las dos orejas, y que fue aplaudido en el arrastre. El toro salió suelto, mostrándose corto y tardo en los capotes, escupiéndose del caballo, en busca de querencia. La clave de la faena estuvo al inicio, con los doblones por abajo rodilla en tierra, con los que el Galdós terminó de ahormar las embestidas del astado. Le siguieron series de derechazos largos y templados, con los que metió al toro en la muleta. u faena. Toreo de clase y sabor que gustó a los tendidos. Coronó su labor con una estocada arriba que le aseguró los premios.

Con buenas verónicas recibió Manzanares al segundo, que metió bien la cara de salida, especialmente por el lado derecho. Tras un buen puyazo, el alicantino inició el trasteo por alto. Siguieron al referido prólogo buenas series diestras, con muletazos largos, enroscándose al toro, que embistió con recorrido.  Al animal le faltó más motor y transmisión para que el buen trasteo de Manzanares llegase con más eco a los tendidos. Faena suave y corta, sin exigir mucho por las precarias facultades del astado. Pinchó arriba antes de la estocada final. Hubo aplausos al toro y ovación con saludos para el torero.

Manzanares le cortó una oreja al quinto, al que fijó bien a la verónica. El toro repitió y humilló con nobleza y obediencia. El alicantino hizo sonar los oles con su toreo a derechas. El de La Ventana, que en conjunto resultó un tanto soso y con una embestida de escasa transmisión, calamocheaba por el otro lado. Fue haciendo al toro, sobándolo, sin exigirle demasiado para convencerlo de repetir, siempre sobrado en empaque. Mató de una gran estocada al volapié.

Morante de la Puebla fue severamente abroncado ante el cuarto de la tarde. Al primer extraño que le hizo el toro en los muletazos de tanteo optó por despacharlo rápidamente en medio de un público indignado por la actitud del sevillano.  El primero fue  un manso de solemnidad, huidizo y reservón, con el que el de la Puebla no tuvo ninguna opción.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Revista CARETAS: "ADIÓS PADILLA, ADIÓS TORERO" Escribe JAIME DE RIVERO

Juan José Padilla se despidió de Acho en una tarde muy emocionante en la que un inspirado Antonio Ferrera brilló en gran faena que no pudo rematar con la espada.


Escribe JAIME DE RIVERO

La afición de Lima rindió un tributo final al invencible Padilla, torero mítico que personifica ejemplarmente la crudeza de la fiesta, en sus extremos más severos y terribles. En 24 años como matador de toros, vivió en carne propia las penurias de los toreros comunes que se hacen en las corridas llamadas duras, las que otros no toman. La espantosa cogida de Zaragoza en el 2011, con la que perdió la vista de un ojo, no lo derrumbó y reinventado regresó a los ruedos para convertirse en un auténtico héroe taurino. Nació entonces la leyenda del torero pirata que abarrota las plazas. Sin duda, el diestro más querido de los últimos tiempos.


Como en toda España, su despedida en Acho fue apoteósica. La tarde transcurrió entre reconocimientos, aplausos y ovaciones. El jerezano aplicó su libreto de efectismos que le han permitido triunfar reiteradamente durante la temporada. Y el público entregado incondicionalmente a su irrefutable mérito, por haber superado milagrosamente terribles desgracias, le premió con un trofeo de cada uno de sus toros para abrir la puerta grande en su última corrida en Lima.


El que rompió plaza, un noble y enrazado de Daniel Ruiz, cantó pronto la calidad de sus embestidas. La faena fue por el pitón derecho a un astado que repetía. Desarmes y enganchones dejaron patente la brusquedad del muleteo, que aun así fue suficiente para conquistar a los tendidos. No se ocupó del excelente pitón izquierdo, que quedó inédito. Tras las manoletinas finales y una estocada contraria, paseó una oreja.


Si en el primer toro Padilla aplicó la ley del menor esfuerzo, en el segundo tuvo que hacer  todo lo contrario. Su labor fue una lucha constante por retener las mansas embestidas del de Olga Jiménez que salió suelto y dando oleadas desde los capotazos iniciales. Con la tela, abajo y firme en los toques, logró sujetar al astado para convencerlo de repetir en un par de tandas. El toro huyó a tablas, en donde lo pasaportó de una estocada desprendida. El público conmovido premió con oreja esta faena que careció del toreo fundamental, por naturales y derechazos, que es con el que se somete a los toros.

Antonio Ferrera también se forjó en las corridas duras. Su toreo demoró muchos años en madurar, hasta añadir a su indiscutible poderío, una alta dosis de clase y torería como las exhibidas en la gran faena al quinto de la tarde.  La tizona, que es su punto débil, le impidió desorejar al de Daniel Ruiz, un manso encastado, remiso y huidizo en los primeros tercios, al que logró meter en la muleta.

Con las distancias precisas, lidió con temple, mando y firmeza logrando que el manso se entregue y saque todo el fondo de bravura.  Añadió al toreo fundamental circulares, capeínas y adornos que remataron su virtuosa obra, sobrada en sentimiento, clase y buen gusto a un toro que resultó estupendo con la pañosa. La afición se rindió sin excepción. 

Mención especial merece el tercio de banderillas, en que a invitación de Ferrera, los tres alternantes brindaron lo mejor de su repertorio, recibiendo juntos una justa y fuertísima ovación en los medios.

El segundo de Sánchez Arjona no ayudó al lucimiento. Siempre se defendió, embistiendo sin humillar. Mantuvo esa condición a pesar del acertado castigo en varas. Ferrera intentó meterlo en muleta, pero el aplomado animal no dio para más.
El Fandi no sólo brilló con las banderillas, también cortó una oreja del complicado tercero de Daniel Ruiz, al que fue haciendo durante la lidia. Con oficio y paciencia corrigió a un toro que se ceñía desde los primeros capotazos. Armó series de muletazos de uno en uno a un animal que nunca se entregó. Un pinchazo y una gran estocada que no necesitó de puntilla, le permitieron cortar una merecida oreja.  El sexto de García Jiménez era un manso bobalicón que no decía nada. Lo intentó por ambos pitones, pero el astado nunca se dejó.  

domingo, 18 de noviembre de 2018

AGENCIA EFE --PADILLA ABRE LA PUERTA GRANDE EN SU DESPEDIDA DE ACHO

Padilla abre la puerta grande en su despedida de Acho
Gran faena de Antonio Ferrera malograda con la espada. El Fandi cortó una oreja
AGENCIA EFE
Por Jaime de Rivero
Domingo 18 de noviembre de 2018

Juan José Padilla se despidió de Lima saliendo a hombros de la plaza de Acho y con el cariño de todos los aficionados, que de ese modo reconocieron unas de las trayectorias taurinas mas dramáticas y memorables de la historia del toreo.

El que abrió plaza, un toro noble y con raza de Daniel Ruiz, cantó pronto la calidad de sus embestidas. Tras una buena vara que avivó al astado, Padilla quitó por chicuelinas y tomó los palos, clavando un primer par al cuarteo, un segundo de dentro a fuera y un tercero al violín, recibiendo fuertes ovaciones. Arrancó el jerezano junto a tablas con muletazos de rodillas, conectando mucho con el público. La faena fue por el pitón derecho a un toro que repetía, con algunos desarmes y enganchones que deslucieron el trasteo. El toro tenía un gran pitón izquierdo que no fue aprovechado por Padilla, que lo dejó a su aire sin aprovechar la tela que tenía delante.  Tras las manoletinas finales y una estocada contraria, paseó una oreja.

Padilla obtuvo un nuevo trofeo del cuarto con el hierro de Olga Jiménez, un manso que salía suelto de las suertes desde los primeros capotazos. Acusó esa condición en varas, banderillas y muleta. La labor del jerezano fue una lucha constante por retener las acometidas en su muleta. Logró sujetar al animal por el lado derecho, con la muleta abajo, concretando tandas vibrantes que llegaron a los tendidos. El de Jiménez terminó en tablas y Padilla lo pasaportó de una estocada desprendida. Una oreja excesiva de un público entregado al torero

Antonio Ferrera brindó una gran faena al quinto. Falló con el acero y perdió las dos orejas. Un pinchazo, una media y dos descabellos dejaron todo en una sonora vuelta al ruedo.  El de Daniel Ruiz era un manso encastado, remiso en los primeros tercios, al que Ferrera logró meter en la muleta dándole las distancias precisas. Lo toreó con temple, mando y firmeza haciendo que el manso se entregue y saque el fondo de bravura. Complementó el toreo fundamental, con capeínas, circulares y otros adornos, todos hechos con gusto y clase. Gran faena por la buena lidia. Mención especial merece el tercio de banderillas, en que a invitación de Ferrera, los tres alternantes brindaron lo mejor de su repertorio, recibiendo una fuertísima ovación en los medios.

El segundo de Sánchez Arjona nunca ayudó al lucimiento. De salida embestía sin entrega, defendiéndose y con la cara alta. Lo castigaron en varas para que cambie, pero salió del caballo aplomado. Con la muleta, Ferrera intentó meterlo en muleta, pero el animal no repetía. Mató de una buena estocada en el sitio.

El Fandi cortó una oreja del complicado tercero de Daniel Ruiz, al que fue haciendo durante la lidia.  En quites destacó por chicuelinas rematadas con una serpentina. Brilló en tercio de banderillas, sobre todo en los pares al violín y a la moviola.  Con ofició trasteó por ambos pitones a un toro que se ceñía desde los primeros capotazos, corrigiendo ese defecto.  Con paciencia, armó series de muletazos de uno en uno a un animal que siempre le faltó entrega. Un pinchazo y una gran estocada que no necesitó puntilla, le permitieron cortar una oreja.

El sexto de García Jiménez era un manso, soso y bobalicón que de salida desparramaba la vista. No tuvo entrega ni emoción. Lo intentó El Fandi, que porfió por ambos pitones, sobre todo por el lado derecho, tratando de hacer ir a más a un astado que nunca se dejó. Acabó con una estocada trasera y un golpe de descabello.

Con ¾ de entrada se celebró la tercera corrida de la Feria del Señor de los Milagros. Toros de Daniel Ruiz (1º, 3º y 5º), Sánchez Arjona (2º y 6º) y Olga Jiménez (4º). Bien presentados y de variado juego, destacando los de Daniel Ruiz.  Juan José Padilla, oreja en ambos; Antonio Ferrera, silencio y vuelta al ruedo; y El Fandi, oreja y silencio. Padilla fue obligado a saludar desde los medios tras el paseíllo

jueves, 15 de noviembre de 2018

Revista CARETAS: "EL JUEZ PERDONAVIDAS" Crónica 2º Corrida ACHO 2018

Juez de Plaza Fernando Lozyza. y su indulto que perjudicó a todos; matador, alternantes y publico. 
EL JUEZ PERDONAVIDAS
Alvaro Lorenzo triunfa en su debut en Acho con indulto muy protestado, en la segunda corrida de abono con toros de El Olivar
  
Revista CARETAS
Escribe Jaime de Rivero

Hay quienes no comprenden que en Lima, preservar la solera de una plaza como la mas que bicentenaria Acho, es una parte importante del espectáculo taurino. Atañe directamente a la pasión y dignidad del buen aficionado, aquel que cada año se abona incondicionalmente sosteniendo su feria. Un indulto indebido impuesto por el inefable juez de plaza, Fernando Loayza, como el del domingo pasado, no sólo perjudica una tarde de toros, también agrede, daña y aleja a ese buen aficionado. Con decisiones absurdas como esa, todos pierden, incluyendo la empresa. Urge tener una autoridad que esté a la altura de Acho.

La corrida de El Olivar me gustó, a pesar del juego variado de los toros. Hubo dos muy encastados, el 2º, indultado, y el 5º, que a mi juicio es mejor candidato al Escapulario de Plata por su bravura, codicia y transmisión, que corroboran  y premian la buena labor del ganadero Aníbal Vázquez, quien ya había anotado otro triunfo la semana anterior con sus pupilos de La Viña.   

El español Álvaro Lorenzo supo aprovechar la nobleza y bravura del segundo de la tarde, con el que confirmó alternativa, de nombre Lanudo que embistió con clase y repetición. En los primeros tercios desparramó la vista, pero a partir del segundo empezó a ir a más, siempre con fijeza, galope y humillación. Lorenzo lo sometió con mando por ambos pitones aprovechando la codiciosa embestida del astado. Faena importante que terminó opacada por un indulto a un toro que, siendo estrictos, no se empleó debidamente en varas y terminó cerca a tablas. Ante la sonora protesta, el diestro dejó los trofeos en la barrera -dos orejas simbólicas- antes de dar la vuelta al ruedo.
Protesta y pòlemica. El indulto condiciono el resto de la tarde
 en perjuicio de los alternantes.
No le dio opción el sexto, que en la muleta topó más que embistió, quedándose corto y aplomado.

Tuvo el peor lote Emilio de Justo, pero dejo buena impresión por su oficio y buenas maneras. Con el primero, que confirmó alternativa, no tuvo claridad porque el astado arrollaba. Tocándolo con seguridad y firmeza en cada muletazo, corrigió al toro que se ceñía por el derecho. Por el izquierdo fue similar, sin dar mayor juego. Varios descabellos dejaron en silencio su labor.

De Justo también fue silenciado ante el cuarto de la tarde, un toro sin mucho dentro que perdió facultades durante la lidia hasta aplomarse en la muleta.

Alfonso de Lima reapareció en Acho con el tercero, justo de fuerzas, corto y gazapón, al que despachó de una estocada, caída y trasera. 

El quinto fue un tio imponente de 593 kg, aplaudido en el arrastre. Se le dejó crudo en varas, quizás por temor a que se cayera por tantos kilos que llevaba. El burel, muy encastado, desarrolló mucho poder en el tercio final. El peruano lo recibió con derechazos de rodillas en una gran serie que encendió a los tendidos rápidamente. Las mejores tandas fueron por el pitón derecho que fue el más potable de este toro, que dejaba lo suyo en cada arremetida, transmitiendo a los tendidos.  El animal fijo, pronto y repetidor demandaba una muleta más poderosa para extraer todo lo que llevaba adentro y que era mucho. Alfonso de Lima lo mató de media caída y dio una vuelta al ruedo.

domingo, 11 de noviembre de 2018

EFE-- ALVARO LORENZO ABRE LA PUERTA GRANDE DE ACHO TRAS DESLUCIDO INDULTO


ALVARO LORENZO ABRE LA PUERTA GRANDE DE ACHO TRAS DESLUCIDO INDULTO
Un buen encierro de la ganadería de El Olivar  

Jaime de Rivero (Agencia EFE)

La Segunda corrida de toros de la Feria de Señor de los Milagros ha tenido como único triunfador a Álvaro Lorenzo, tras indultar a un astado de El Olivar, corrido en segundo lugar. Emilio de Justo y Alfonso de Lima no pudieron cortar trofeos del buen encierro enviado por el ganadero peruano Aníbal Vásquez.

Álvaro Lorenzo indultó al segundo de la tarde, el toro de su confirmación de alternativa en Lima, de nombre Lanudo de El Olivar que embistió con calidad, nobleza y repetición por ambos pitones. En los primeros tercios desparramó la vista, pero a partir del segundo empezó a ir a más y a embestir con fijeza, galope y humillación. Lorenzo lo sometió por los dos pitones aprovechando la codicia y repetición del astado. Faena importante a un toro importante que se degradó con un indulto forzado que no correspondía a este ejemplar, que si bien fue bravo y encastado, no se empleó en varas y terminó cerca a tablas. Ante la sonora protesta, el coleta español dejó los trofeos en la barrera -dos orejas simbólicas- antes de dar la vuelta al ruedo.  Otra pésima decisión del juez de plaza, que con su desatino empañó un triunfo que debió ser impecable.

No le dio apenas opción el sexto, que en la muleta topó más que embistió y fue quedándose cada vez más corto hasta aplomarse. Faltó entrega al de El Olivar, al que Lorenzo despachó de un pinchazo.

Pronto y obediente en los capotes, fue el primero de la tarde para Emilio de Justo, que confirmó alternativa. Tras una vara corta, fue quitado a la verónica por el matador. En la muleta el de El Olivar se ceñía por el pitón derecho pero sin malas ideas. Corrigió el defecto tocándolo con seguridad y firmeza en cada muletazo. Por el izquierdo fue similar, sin dar juego. El toro fue perdiendo recorrido y emoción, impidiendo que el trasteo llegue a más. Varios descabellos dejaron en silencio su labor.

De Justo también fue silenciado ante el cuarto de la tarde, un toro justo de fuerzas que fue perdiendo facultades durante la lidia.  Aplomado en la muleta, se defendió en sus embestidas complicando la labor del espada. Mató de estocada caída.

Alfonso de Lima reapareció en Acho con el tercero, que fue ovacionado de salida por su trapio. En el primer tercio el astado embistió con nobleza, tomando una vara corta. El peruano brindó al público antes de doblarse por abajo con el de El Olivar, y continuar por el pitón derecho. El toro perdió gas, quedándose corto y gazapón. Lo despachó de una estocada, caída y trasera.

El quinto fue un toro imponente de 593 kg, aplaudido en el arrastre, al que Alfonso de Lima dejó crudo en varas y que desarrolló mucho poder en el tercio final. De muleta, el peruano lo recibió de rodillas en una gran serie que encendió a los tendidos rápidamente. Las tandas se sucedieron por el pitón derecho que fue el más potable de este toro, que dejaba lo suyo en cada embestida.  El animal fijo, pronto y repetidor demandaba una muleta más poderosa para extraer todo lo que tenía. Alfonso de Lima lo mató de media caída y dio una vuelta al ruedo.

Lima (Perú), Domingo 11 de noviembre de 2018. Feria del Señor de los Milagros. Con media plaza, se han lidiado 6 Toros de El Olivar, bien presentados, nobles con movilidad, distinto comportamiento destacando por su bravura el 2°, Lanudo N° 240 con 534 Kg., indultado por Álvaro Lorenzo y el quinto lidiado por Alfonso de Lima.  Emilio de Justo, que confirmaba alternativa, silencio en ambos; Alfonso de Lima, silencio y vuelta al ruedo; y Álvaro Lorenzo, que confirmaba alternativa, dos orejas simbólicas tras indulto y silencio. 

jueves, 8 de noviembre de 2018

Revista CARETAS --POLÉMICA A LA ORDEN

Foto Matias (Aplausos) 

POLEMICA A LA ORDEN
Revista CARETAS  8 / 11 / 2018
Escribe JAIME DE RIVERO

Juan Carlos Cubas salió a hombros y Román cortó una oreja en la primera corrida de Feria.

Escribe Jaime de Rivero

Pocos espectáculos son tan subjetivos y divergentes como los toros. Y es que las infinitas variables que encierra el complicado arte de torear determina esa condición. Sin la diferencia de opiniones y su acalorada defensa, este espectáculo perdería parte de su magia e identidad. Pero vayamos a lo objetivo. El encierro de La Viña cumplió en presencia y juego. Distintas hechuras y pelajes, pero tuvieron como nota común obediencia, fijeza y nobleza. Lo que los ganaderos llaman casta buena. Los seis se emplearon en los trastos, y dos acusaron sosería y falta de transmisión. Le faltó un punto de fuerza al encierro pero cierto es que cada diestro tuvo, al menos, un ejemplar para imponerse.  

Cubas sumó dos orejas y abrió la puerta grande entre protestas. Veamos. La oreja del primero fue justa. Hizo al toro. El peruano acertó al hacer embestir a un toro tardo y sin transmisión, siempre poniéndole la muleta en la cara para tirar de él. Obligándolo, armó series que encendieron la música y fueron vitoreadas por los tendidos. Mató rápido de una media estocada lagartijera –que no es demérito- y ese público que lo vitoreó pidió el trofeo.  Su segundo toro rompió a embestir en la muleta, yendo a más. Cubas logró series por ambos pitones, haciendo sonar la música. Pero su trasteo supo a poco por no aprovechar mejor las condiciones del morlaco. Una oreja excesiva, tras media estocada en el sitio, dio pase a la protesta de un sector contra el cuestionado juez y la generosidad de un público demasiado complaciente que no es el que siempre pobló los tendidos de Acho.

Diego Silveti tuvo una floja actuación, sin aprovechar el lote más propicio. El que abrió plaza repetía con nobleza, con un buen pitón derecho. Toreó siempre dejándole la muleta para hacerlo repetir. Por el izquierdo no fue tan claro. Dejó un bajonazo que anuló su labor.  Al quinto lo  toreó con limpieza y estética, pero en línea recta sin obligarlo. Esa falta de profundidad le impidió conectar con los tendidos y su labor fue silenciada.  

Román pasó de puntitas por Acho. Se equivocó rotundamente en gestos y desplantes que no corresponden a la solera de Acho. El primero -con el que también confirmó alternativa-, de muy buena lámina y mayor clase del encierro, se vino abajo por su escasa fuerza y poco pudo hacer. Con el sexto, aprovechó la nobleza y repetición del viñense para torearlo por el derecho, aunque el izquierdo fue superior por el mayor recorrido. Ligó series por ambos pitones, conectando con los tendidos, pero sin redondear a mayor. Una estocada arriba, le permitió cortar una oreja, que también tuvo algunos disconformes.


domingo, 4 de noviembre de 2018

PUERTA GRANDE PARA JUAN CARLOS CUBAS 1° CORRIDA DE ACHO Escribe JAIME DE RIVERO


AGENCIA EFE - PUERTA GRANDE PARA JUAN CARLOS CUBAS EN LA PRIMERA CORRIDA DE ACHO
Jaime de Rivero

(Lima) El matador peruano Juan Carlos Cubas fue el triunfador de la primera corrida de la Feria del Señor de los Milagros en la plaza de toros de Acho, al cortar una oreja a cada astado de su lote, alternando con Diego Silveti y Román quién también cortó un trofeo al sexto de la tarde.

Juan Carlos Cubas cortó una oreja del segundo, un toro tardo, incierto y sin transmisión que no permitió lucimiento en los primeros tercios.  El peruano anduvo bien con él. Le encontró las distancias y el sitio al animal, especialmente por el pitón derecho. Echándole la muleta al hocicó tiró de astado para armar series de muletazos, lidiándolo con más emoción que lucimiento, pero llegando al público. Alargó la faena innecesariamente. Mató de media lagartijera, certera y fulminante, y paseó el primer trofeo de la tarde.

Con el cuarto colorado, incierto y cruzado de salida, Cubas no se acopló de salida. El toro, distraído y huidizo, rompió a embestir en la muleta tras el toreo andando con la muleta baja del peruano, que así logró fijarlo en la muleta. El toro fue a más y Cubas instrumentó series por ambos lados, haciendo sonar la música y coreándose los muletazos, pero sin aprovecharlo del todo. Concluyó con manoletinas y dejó otra media estocada, efectiva y en buen sitio. Cortó una oreja que fue protestada por un sector del público

Diego Silveti confirmó la alternativa de matador de toros, con el que abrió plaza, un toro colorado repetidor que tuvo un buen pitón derecho. Le faltó algo de fuerza en la muleta, pero derrochó nobleza. Tras las dos primeras series diestras, de buena factura, sonó la música. Toreó siempre dejándole la muleta en la cara para hacerlo repetir. Por el izquierdo no fue tan claro en su acometida y no pudo redondear. El mexicano concluyó con bernadinas ceñidas y un bajonazo que anuló toda su labor. Fue silenciado.

Feo de tipo el quinto, humilló, pero blandeó en exceso. Lo más destacado del primer tercio fue el lucido quite de Silveti con el capote a la espalda, emulando a Roca Rey. De muleta, lo toreó con limpieza y estética, pero sin obligarlo ni someterlo. Siempre en línea recta. Justamente, esa falta de profundidad de su trasteo le impidió conectar con los tendidos. Mató de una buena estocada, pero el toro tardó en doblar. Hubo silencio para ambas partes.

Al tercero de La Viña, con el que confirmó la alternativa, Román lo recibió con faroles de rodillas, para luego llevarlo al caballo en donde recibió una buena vara. El toro hizo albergar esperanzas, pues acudió pronto, repitiendo con clase y suavidad en los primeros compases de la lidia. En la muleta perdió fuerza y recorrido, condicionando su lidia que fue a media altura. Intentó de rodillas a un toro soso y sin transmisión que no estaba para esos lucimientos. Mató de dos pinchazos y estocada. Hubo pitos al toro y silencio para el valenciano.

Incierto e informal en los capotes, el sexto ganó fijeza y repetición en la muleta. Román, que había brindado al público, aprovechó la nobleza y repetición del de La Viña para torearlo por pitón derecho, aunque el izquierdo fue superior por el mayor recorrido que tenía. Ligó las series por los ambos pitones, con el toro repitiendo y conectando el trasteo con los tendidos, pero sin redondear a mayor ante las posibilidades que le ofrecía su adversario. Concluyó el valenciano con molinetes y circulares. Con una estocada arriba, aseguró una oreja. El público con su protesta impidió el intento de vuelta al ruedo de un toro que no lo merecía.

Lima (Perú), Feria del Señor de los Milagros. 6 toros de La Viña, desiguales de tipo, de buena presentación, todos con juego y nobleza. Juan Carlos Cubas, oreja y oreja con algunas protestas; Diego Silveti, silencio en su lote; y Román, silencio y oreja. Entrada: Media plaza. Silveti confirmó con Embrujo, nº 76, colorado chorreado y de 530 kilos de peso, lidiado en primer lugar; y Román confirmó con Forjador, nº 28, de 498 kilos de peso y de pelo colorado encendido, lidiado en tercer lugar.