jueves, 22 de marzo de 2012

ENTREVISTA PARA CARETAS "ENCUENTRO DE ALTO VUELO TAURINO" CON JOSE CARLOS VALERO DE PALMA


Publicada en Revista Caretas, edición marzo de 2012


¿Fue usted a los toros desde pequeñito?
No. Yo fui solo a los toros. Sin duda mi interés por la historia del Perú, favoreció mi gusto por esta afición. Empecé a ir cuando comencé a estudiar en La Católica.

¿Y qué estudiaba en la Universidad Católica?
 Ingresé a La católica en el 90 para estudiar Derecho, pero en estudios generales me incliné por la Historia y Arqueología. Hice prácticas en el instituto Riva Agüero y también excavaciones con el hijo de Luis Guillermo Lumbreras, en la Huaca Pucllana. Luego estudié en la facultad de Historia, fui alumno de grandes maestros como Franklin Pease, José Antonio del Busto y José Agustín de la Puente. Pero el mundo académico era muy pasivo, retorné al Derecho y me gradué en 1998.

¿Qué ambiente respiraba La Católica en aquella época?
Ingresé cuando Fujimori llegó al poder. La Católica tenía una fuerte actividad política de izquierda con presencia de gente muy radical. A la semana que ingresé estalló una bomba dentro de la universidad en el campus y a los pocos días ocurrió la desaparición forzada del estudiante Castillo Páez en manos de la policía. Con el autogolpe y la represión de Fujimori, la actividad política disminuyó considerablemente.

¿Qué opinión le merece la disputa entre la universidad y el Vaticano?
Es una situación lamentable porque daña a una de las instituciones de verdadero prestigio del país. Es un problema estrictamente jurídico sobre la propiedad que reclama la Iglesia y que debiera reservarse para los tribunales. Es penoso que las autoridades universitarias den un mensaje equivocado al apelar a la pérdida de la pluralidad y de la autonomía, dando a entender que ellas justifican desconocer el derecho de propiedad. O  promover la movilización de alumnos para ejercer presión en la opinión pública y, naturalmente, en los jueces. La pluralidad académica y cualquier otro fin, por más altruista que parezca, no pueden imponerse al derecho de propiedad, que debe ser aclarado por los jueces sin presiones de ningún tipo.

Hoy es usted un taurófilo empedernido y a pesar de empezar tarde su afición lo ha llevado a ser hoy un periodista taurino.
Los toros inspiran la sensibilidad artística. Esta fiesta posee una riqueza enorme que inspira el desarrollo de las artes y otros quehaceres como la pintura, escultura, música, poesía, novela, crónica, historia, etc. El periodismo me permite expresarme con independencia y libertad. Escribí mi primer artículo hace doce años en el portal Mundotoro, de ahí no he parado de hacerlo en diversos medios. El año pasado también me ocupé de la crítica de las corridas de la feria limeña para Expreso, donde colaboro últimamente.  

¿Algunas otras aficiones? ¿Deportes?
Arte en general, literatura, ópera. He jugado al fútbol, he hecho full contact y gané un torneo internacional en el Perú de artes marciales. También he hecho bicicross y vóley y en atletismo salto largo  lanzamientos de disco, jabalina y bala.

Usted vive del Derecho.
Yo vivo del Derecho aunque siempre he tenido interés por investigar y escribir. Estoy especializado en Derecho de empresas y minería, he trabajado para empresa de Perú y Chile por algunos,

¿Se preocupa por la minería? ¿Qué opina usted sobre los problemas en Conga?
Hay que diferenciar los justos reclamos sociales del oportunismo político e ideológico. Los primeros deben ser atendidos y la minería responsable lo hace, ante los otros el Estado debe actuar con energía e imponer orden y autoridad, utilizando la fuerza de ser necesario. La violencia no puede paralizar una región, ni truncar el futuro de los peruanos que dependemos de la minería, que es la verdadera responsable del progreso reciente y en muy menor grado la gastronomía o los emprendedores  por más que la publicidad nos venda eso. Ésta es mi firme opinión.

¿Cómo usted se animó a escribir tres libros sobre historia taurina?
Porque me permite satisfacer dos hobbies: los toros y la historia. Quiero rescatar el valor cultural de la fiesta a través de trabajos que tengan rigor académico.

Cuénteme de sus libros.
Mi primer libro Morado y Oro tuvo muy buena acogida. Se agotó la edición rápidamente. El libro reúne más de 300 anécdotas, curiosidades y hechos insólitos de la feria limeña desde que fue creada en 1946. Son las vivencias que todos siempre comentan en reuniones y charlas. La investigación tomó 5 años entre trabajo de campo y de gabinete. Estoy preparando una segunda edición. Mi segundo libro El bicentenario trata sobre la feria del bicentenario de la plaza de Acho en 1966, la más exitosa de todos los tiempos, con el triunfo magistral de Antonio Ordóñez, las actuaciones memorables de Antonio Bienvenida, Paco Camino, El Viti, El Pireo y del famoso toro “Ponchoroto” de la ganadería Jaral del Monte. El principal objetivo del libro fue proponer una solución definitiva para restaurar la plaza de Acho, para que en el 2016 celebre dignamente sus 250 años.  Acho no puede continuar en el abandono en que se encuentra, ni en medio de la inmundicia que la rodea.

¿En qué consiste esa propuesta?
Consiste en convertir a Acho en el principal lugar turístico de Lima, aprovechando las fortalezas y ventajas competitivas que no están siendo aprovechadas: ubicación, monumentalidad, restaurante, ruedo, graderías, caballeriza y museo. La plaza puede recibir diariamente a cientos de turistas para conocer el coso, su museo, almorzar y disfrutar de espectáculos de caballos de paso, música y danzas típicas.  Todo el criollismo en un solo lugar y dentro de Lima. Esto asegurará su restauración y su conservación en el tiempo. Para ello se requiere invertir en una restauración de alta calidad, a cambio de de la explotación del recinto por los años que económicamente correspondan.

¿La propuesta se va a ejecutar?
Si, a raíz de un artículo que publiqué en la revista Semana Económica, la Municipalidad de Lima se ha interesado por la propuesta y la ha promocionado en foros comerciales. A inicios de este año, la empresa CICOTUSA de Ecuador, que maneja la plaza de toros de Quito, ha presentado un proyecto de inversión privada por más de 11 millones de dólares para restaurar Acho y el barrio taurino. El proyecto está siendo evaluado por la Municipalidad que realizará los estudios técnicos para luego proceder a un concurso público.

¿Su tercer libro?
Está fresquito y se titula Enrique Ponce. 20 años de toreo en Lima. Yo pertenezco a la era de Enrique Ponce, el mejor torero de la actualidad y uno de los mejores de la historia.

¿Por qué muchos no comprenden la fiesta de los toros?
La fiesta no tiene que ser comprendida sino respetada. Las culturas no se aceptan o rechazan, Tampoco se destruyen. Algunos no se percatan de que existe una cultura taurina que es compartida por millones de peruanos en centenares de pueblos del interior. Es un patrimonio común que une, identifica y cohesiona a peruanos de distintas clases y procedencias.

¿Qué opina sobre la corriente para abolir las corridas?
Existen movimientos organizados que son portavoces de una cultura dominante que pretende eliminar a otra. Esto se llama “avasallamiento cultural” y siempre ha existido y es responsable de la pérdida de gran parte de la riqueza cultural de la humanidad. Hoy es más peligroso porque el intercambio de información es más veloz y puede penetrar fácilmente en otras culturas. La globalización ha potenciado esta amenaza. En contrapartida, los derechos culturales se han fortalecido en la última década dando lugar a una corriente mundial de lucha por la protección de la diversidad cultural que lidera la UNESCO y que está avalada por la mayoría de países, al haberse adherido a los convenios sobre esta materia. Estas normas obligan a proteger las culturas ante los embates de este lado perverso de la globalización.

Entonces ¿es posible prohibir las corridas de toros en el Perú?
No es posible porque la Constitución lo impide. Acabo de escribir una investigación que concluye en que la prohibición o cualquier medida restrictiva, violaría el derecho humano a la cultura protegido por la Constitución, así como una docena de tratados internacionales que lo amparan. Se trata de un nuevo enfoque a partir de los derechos culturales, para defender la fiesta en cualquier país que haya suscrito esos tratados.

¿Sería contradictorio para un gobierno que proclama la inclusión social?
Definitivamente porque es la fiesta de cientos de pueblos del Perú profundo. Se abriría una división entre peruanos que podría generar movilizaciones por una necedad innecesaria. El reclamo de los detractores se soluciona no asistiendo. Pero hay un sector de nuestra sociedad que es  intolerante y prepotente, se ve frecuentemente en las redes sociales.  Y los toros es un caso límite, que nos muestra esa intolerancia. Esto se agudiza en los más jóvenes, pero esto va de la mano con los bajos niveles de educación.

¿Para usted la educación es el gran problema del Perú?
Es el primer problema y afecta a todo nivel. La ignorancia y la demagogia son responsables del retraso de este país, como de la subsistencia de las fracturas sociales. La educación está dominada por un ente que es rezago del velasquismo, que exacerbaba un falso nacionalismo mirando al pasado o alimentando complejos en contra de España o Chile. Mire, en dos mil años, Europa ha soportado las guerras más devastadoras y aún así está en un proyecto común, mirando hacia el futuro.  El Perú debe seguir esa línea y no la del lamento.

¿El pueblo es el culpable, entonces?
La educación y la cultura es un problema transversal de la sociedad peruana. La elite no se salva. Mire Ud. la lectoría de El Trome supera los 25 puntos en los sectores A y B, igual es con los programas de chismes y farándula. Se lee muy poco, casi no hay librerías, las galerías de arte están vacías, los teatros son enanos, 10 años demoró decidir la restauración del Teatro Municipal que fue reinaugurado con el mismo número de butacas que tenía hace 100 años. Esos son indicadores cotidianos de nuestro bajo nivel cultural.

¿Hay una responsabilidad histórica en la clase alta peruana?
Sin duda porque es la que concentra más recursos y posibilidades y sólo está enfocada en generar riqueza. Es sorprendente su desinterés por la política. No sólo me refiero a la élite económica, sino a las personas más capacitadas. La élite ha abdicado a la responsabilidad de conducir el país. Hace mucho tiempo que el Parlamento y el Poder Judicial, o sea, dos tercios del Estado, fueron entregado a personas (la mayoría, no todas) que no tienen los méritos adecuados. Por eso el oportunismo, la corrupción y tanto indeseable suelto

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