Artículo publicado en el diario El Comercio, el 17 de enero de 2011.
Por Jaime de Rivero Bramosio
Siempre
se ha dicho que el venezolano César Girón es el único que ha cortado una pata
en la plaza de Acho, aclarándose que aquella que Luis Procuna levantara en la
primera Feria del Señor de los Milagros, en 1946, no fue concedida válidamente.
Y es que muchos testigos han señalado
que fue un conocido aficionado, quién en medio de la euforia provocada por el
mexicano, promovió la entrega de este trofeo que al día siguiente la autoridad resolvió
anular.
El
recuerdo frecuente de dicha anécdota ha tenido el pernicioso efecto de eliminar
de la memoria aquella pata que Procuna cortaría válidamente, tres años después,
en la misma plaza. Sucedió en la cuarta y última corrida de la temporada veraniega
de 1949, celebrada el domingo 3 de abril, y en la que también actuaron Manuel
Álvarez “El Andaluz” y Raúl Ochoa “Rovira”.
Aquella tarde, estuvo en Acho el Presidente Manuel A. Odría, quién ocupó
el palco oficial junto con miembros de la Junta Militar.
Cuentan
las crónicas que la autoridad concedió la pata de “Retenido”, toro n° 9 de La
Viña corrido en quinto lugar, luego de una esplendida faena llena de gracia,
arte y valor. Desde que salió al ruedo, el toro mostró la bravura, nobleza y
pujanza que lo acompañaría hasta su muerte. Con la capa, Procuna exhibió los conocimientos
de gran lidiador y se lució en un quite por orticinas que remató la rebolera.
Compartió los palos con “Tabaquito” y “Arequipeño”, dejando un par digno del
más caro pincel.
Brindó
la muerte a Rovira para luego ofrecer una faena llena de emoción y peligro, en
la que brilló el arte y la personalidad inigualables del gitano de México. Toreó
en redondo y por naturales, sometiendo al animal y arriesgando la cornada. El
público que a los primeros lances ya se había puesto de pie, acompañó así el
resto de la lidia sin dejar de aplaudir el temerario juego de Procuna. Cuatro
afarolados lentos y templados fueron la antesala de la suerte de matar. Media
estocada bastó para vestir de blanco los viejos tendidos en medio del clamor general.
La plaza entera pidió todos los premios que fueron concedidos por la autoridad.
Triunfo apoteósico de Procuna, quién dio dos vueltas al anillo saludando a una
multitud estremecida. “Retenido” fue ovacionado en el arrastre y también
recibió el honor de la vuelta al ruedo.
Por
tanto, Luis Procuna y César Girón son los únicos que han cortado una pata en
Acho, concedida por la autoridad. En
ambos casos el reglamento lo prohibía; sin embargo, a la grandeza de sus faenas
jamás se antepuso un solo cuestionamiento ni siquiera de orden normativo.
Torero de Lima !!
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