Por Jaime de Rivero B.
Construida hace casi 250 años, la Plaza de Acho es un monumento de inmenso valor y uno de los lugares más distintivos de Lima. Al margen de las corridas de toros que atraen turistas en octubre y noviembre, el resto del año el recinto no se explota adecuadamente, con lo que se pierde una interesante oportunidad de negocio.
Construida hace casi 250 años, la Plaza de Acho es un monumento de inmenso valor y uno de los lugares más distintivos de Lima. Al margen de las corridas de toros que atraen turistas en octubre y noviembre, el resto del año el recinto no se explota adecuadamente, con lo que se pierde una interesante oportunidad de negocio.
La plaza, que es una de las más bellas del mundo,
también posee un espléndido museo, un original mirador, un comedor para 200
comensales, caballerizas y un ruedo que puede servir para exhibiciones de
caballos de paso y bailes típicos. Con todas estas ventajas, Acho puede
convertirse en el principal centro turístico de la ciudad de Lima. Aquí van cinco
recomendaciones para poner en valor a Acho.
1. Mejorar la apariencia
del barrio taurino
Es primordial recuperar los predios colindantes que
conforman el barrio taurino. La plaza está ubicada en el distrito del Rímac,
uno de los más pobres y descuidados de la capital. El deterioro de las
viviendas junto con la inseguridad de la zona hacen imposible promoverla como
destino turístico. El punto más crítico es el jirón Hualgayoc, donde se
encuentra una de las puertas de ingreso a la plaza (sombra). Este jirón se
extiende por dos cuadras y concluye en el Paseo de Aguas, a corta distancia de
la Alameda de los Descalzos. Su recuperación contribuirá a formar un anillo
turístico dentro del Rímac, que hoy no existe, a un nivel que genere un flujo
elevado de turistas.
Para ello, está en marcha el programa Rímac Renace,
auspiciado por el PNUD, para destugurizar y recuperar las viejas casonas, en el
que se debiera priorizar el barrio taurino. También existe el proyecto Río
Verde para recuperar la ribera del Rímac, tan próxima a la plaza. Asimismo, el
gobierno acaba de publicar la Ley 29650 para restaurar el entorno de Acho, a
fin de construir una alameda que permita apreciar el coso y fomentar el
turismo. Así, las autoridades están generando las condiciones para que la
empresa privada invierta en las posibilidades turísticas que Acho ofrece.
2.
Erradicar la delincuencia
El Rímac posee un índice elevado de delincuencia que
hace casi imposible atraer visitantes e incorporarlo a los city tours de
los operadores turísticos.
Este problema puede solucionarse con relativa
facilidad, al menos en el barrio taurino. La seguridad privada es una
alternativa, pero también lo son el municipio y la Policía Nacional, ya que
podrían implementar un programa coordinado de vigilancia permanente, como se ha
hecho eficazmente en el Callao y otros lugares.
3.
Ampliar las instalaciones de la Plaza de Acho
Un problema de siempre de la plaza ha sido la falta de
espacio. Los patios internos que la rodean son muy estrechos y reducidos. No
existen parqueos internos ni tampoco áreas disponibles para ampliar el museo o
implementar espacios para la venta de souvenirs, platería y otros.
Se deben expropiar algunos predios colindantes en los
jirones Hualgayoc y Cajamarca para obtener las áreas que se necesitan para el
proyecto, y así brindar mayor comodidad a los visitantes. Un avance ha sido la
Ley N° 29650, que autoriza expropiar un predio de 1,300 m2, donde se
ubica el Mirador de Ingunza, que pasaría a formar parte de la Plaza de
Acho.
4. Restaurar la
plaza y sus dependencias
La plaza requiere estar bella y renovada para ser
promocionada como destino turístico de primer orden. Hay que considerar que la
última gran remodelación ocurrió en 1944 (en 1961 y 1965 se concluyeron los
exteriores); por lo que ya es necesaria una renovación integral del recinto
para continuar celebrando corridas de toros y explotar el negocio turístico.
Esto implica una inversión significativa para reforzar
los machones, renovar la tabiquería de los tendidos, remozar los patios y
atrios internos, acondicionar el museo y restaurar las piezas valiosas que
alberga, dar mantenimiento a la capilla, baños, corrales y otras dependencias.
Para ello se debe elaborar un expediente técnico y un programa de inversiones.
5.
Entregar la plaza en concesión
Para restaurar y poner en valor a Acho como monumento,
se requiere una fuerte inversión de dinero que su propietaria, la Sociedad de
Beneficencia de Lima, no tiene capacidad de realizar ni de gestionar. Por ello,
la plaza debe entregarse en concesión para que capitales privados inviertan en
su restauración, a cambio de la explotación del negocio turístico por un
período largo de 15 ó 20 años. Así, la Beneficencia no tendrá que invertir
restaurando su principal activo, el que, al ponerse en valor, le generará
ingresos adicionales a los que le provee la feria taurina.
Para asegurar el éxito del proyecto, la concesión debe
otorgarse a una empresa experta en la gestión y promoción de destinos
turísticos. Se debe emular el caso del Museo Larco Hoyle, que, gracias a una
gestión eficiente, ha logrado multiplicar el número de visitantes, pues ha
superado los 70,000 por año.
La gestión del monumento no obstaculiza la celebración
de las corridas de toros, que continuarían a cargo de la empresa taurina que
disponga la Beneficencia. Esta fórmula favorece a la empresa taurina, ya que no
tendrá que correr con los gastos de pintura ni acondicionamiento de la plaza,
antes de la feria.
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