CITOTUSA: NUEVA EMPRESA Y EL FUTURO DE ACHO POR JAIME DE RIVERO

PROPUESTAS Y PROYECTOS PARA RECUPERAR EL PRESTIGIO DE LA PLAZA Y SU FERIA

Por Jaime de Rivero

La designación de Citotusa como nueva empresa de Acho para el periodo 2014-2020 ha calado hondo en la afición limeña. A través de las redes sociales y en muchos otros ambientes, los aficionados han expresado en forma prácticamente unánime, su satisfacción con el cambio de empresa. La alternancia es siempre saludable, pero en el caso de Acho y su feria, era de una urgencia impostergable ante la gravísima crisis en la que se encuentra por la mala gestión anterior y que sobra detallar ahora. (consultar mi artículo anterior LA RUINA DE ACHO: http://eltaurinodigital.blogspot.com/2013/12/la-ruina-de-acho-escribe-jaime-de-rivero.html)

Aún cuando no se ha disipado la sombra de las impugnaciones que la semana pasada ha presentado la familia Villafuerte para anular la licitación y aferrarse a Acho a como de lugar, la flamante empresa está en la obligación de actuar con rapidez en la organización de la feria y, sobre todo, divulgar los avances del ciclo para que no se pierda el enorme entusiasmo que han causado en los aficionados con su designación y con la primera declaración de su representante local, Josefina Barrón, quien manifestó que la intención de Citotusa es recuperar el prestigio de la feria y transformar la plaza de Acho. 

Considero que la precaria situación amerita un relanzamiento general de la Feria del Señor de los Milagros con el compromiso de no repetir nunca más los errores cometidos en los últimos años y que han causado la progresiva huida de los tendidos. El mero cambio de empresa no será suficiente para ese propósito, por lo que las señales y las realidades que demuestren serán cruciales para el éxito empresarial. 

El aficionado retornará al coso sólo si se le garantiza la integridad del rito. El regreso del toro con edad, peso y trapio, es la única fórmula eficaz para ilusionar nuevamente a los aficionados, en un contexto de transparencia y respeto, sobre todo a los abonados.  En la actual coyuntura, sólo se venderán abonos poniendo a los toros por delante. Se necesita generar confianza y eso sólo se logrará actuando con la verdad en el plano ganadero y con seriedad en la forma de hacer empresa. 

Cierto es que la feria de este año será organizada sobre la marcha y se tendrá muchas limitaciones y contratiempos para poder cumplir con esta premisa ganadera.  Se deberá apelar a lo mejor que haya en Colombia, que es de donde se puede importar por el momento, y adquirir la corrida que con más de cuatro años y medio, guarda Roberto Puga para su regreso a Acho, tras dos años de ausencia. 

No obstante, la mejor forma de conquistar a la afición peruana es ofreciendo toros españoles para los próximos años. Para ello urge iniciar de inmediato los procedimientos para su importación formal que tardará varios meses y podrá dar sus frutos a partir del serial del 2015. Este es un anhelo general del público ante el sistemático fracaso de las ganaderías americanas lidiadas en la plaza de Lima, salvo muy pocas excepciones.

En este aspecto, el aficionado y periodista Fernando Salgado propone aprovechar el superávit de toros por la crisis europea a través de alianzas comerciales con ganaderos españoles, para que puedan lidiar sus astados en la feria morada en los próximos cinco años, con la seguridad que otorga el plazo del contrato de arrendamiento firmado con la Beneficencia. Empresa y ganaderos pueden unir esfuerzos para levantar las restricciones a la importación bovina y colocar los toros que están siendo rematados a pérdida en España. El abanico de alternativas es amplio pues hasta podrían traerlos de erales para reducir costos de alimentación, ya que en Europa su manutención es más elevada. Con algo de ambición, la propuesta podría convertirse en mayor negocio si no sólo se abastece a Acho, sino a otras provincias del Perú que atraviesan un auge sin precedentes y que tienen poder económico como lo demuestra la contratación de diestros de trayectoria como Juan José Padilla, Antonio Ferrera, David Mora, César Jiménez, entre otros.  

Para la feria de este año la baraja de toreros debe contemplar a los del corte que gusta en Lima, que son los de arte y poder. Las figuras son imprescindibles: Ponce, Juli y Manzanares son pilares de cartel. Perera, que tiene tantos simpatizantes y que atraviesa por un gran momento, como también Daniel Luque. Los carteles deben estar rematados, combinando las figuras con toreros en ascenso como Alberto Aguilar, Juan del Alamo, entre otros, y prescindir de los muy vistos y que no gustan tanto como El Fandi, Iván Fandiño y Juan José Padilla.

La contratación de toreros locales es necesaria pero no a razón de uno por tarde como pretende el gremio de matadores. La mentalidad peruana es mayoritariamente liberal; nos regimos por la libre contratación, pregonamos la libertad de empresa y rechazamos las imposiciones proteccionistas. El aficionado limeño no acepta que se le obligue a pagar por toreros que no le interesa o que claramente desentonan en carteles mayores. Además, el daño que se les causaría a estos muchachos sería muchísimo más grande que los beneficios que podría redituarles.

En sus declaraciones iniciales, Josefina Barrón  anunció “un cambio sustancial” y también que “Acho debe amalgamar la tauromaquia con la cultura y  demostrar que está muy arraigada a las provincias, y Lima debe reflejar eso”.

Este impulso cultural constituye un giró de 180 grados en relación a las empresas anteriores que jamás se ocuparon de este aspecto tan vital para la supervivencia de la fiesta. La sentencia del Tribunal Constitucional del 2011 que la familia Villafuerte procuró litigando con éxito hasta su obtención, es un ancla férrea para la defensa legal, pero no una garantía perpetua. La verdadera defensa es una batalla esencialmente cultural que deberá librarse en los próximos años y para la que se requiere combinar la educación con el respeto de las múltiples expresiones que integran nuestra diversidad. Para ello, es prioritaria la recuperación de Acho como monumento arquitectónico y emblema de la fiesta a nivel nacional, así como su posicionamiento como un espacio de encuentro de  la cultura y el folclor, en el que coexistan las costumbres taurinas del interior con otras tradiciones peruanas.

Mega proyecto para restaurar Acho:

Las palabras de Josefina Barrón engarzan perfectamente con el mega proyecto que Citotusa ha presentado a la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima hace un par de años, por el que, bajo el esquema de una iniciativa de inversión público-privada, propone la recuperación integral de la plaza de Acho. La oferta concreta sería invertir US$ 15 millones de Dólares en la restauración y modernización del recinto, es decir, convertirla en un lugar digno y respetable, con similar cuidado y aspecto al que brindan sus pares de Madrid o Sevilla. A cambio estaría solicitando una concesión por 20 años, que es el mismo periodo que se le otorgó en usufructo a Fernando Graña por haber realizado la remodelación integral de Acho en 1944-1945.

Esta propuesta es una solución concreta para liberar a la plaza de la inmundicia que la rodea y sacudirla de una vez por todas, del mote de “muladar redondo” que con acierto acuñó Fausto Gastañeta en El Comercio. La Beneficencia y la Municipalidad de Lima deberían aprobar este proyecto y convocar a concurso público lo antes posible, para que todas las empresas interesadas, locales y extranjeras, puedan competir con Citotusa en una licitación limpia y transparente en la que gane el que más y mejor calidad ofrezca.  

La afición espera que estos nuevos aires sean la luz al final del túnel y que la gran triunfadora sea la plaza de Acho y su afición, que pronto celebrarán 250 años de vigencia y unidad.