Tras Cuernos,
leyes
Jaime de
Rivero, abogado y crítico taurino, rompe una lanza en defensa de los toros.
(Revista Caretas, Lima Perú)
A días de empezar la Feria del Señor de los
Milagros en la Plaza de Acho, los opositores a las corridas salen al ruedo. Al
frente se les para Jaime de Rivero, abogado y aficionado a los toros. Ante la
sola posibilidad de que avance el proyecto de ley que busca prohibirlas, De
Rivero sostiene todas las aristas de su defensa. Principalmente, la
constitucional: la práctica de nuestras tradiciones culturales es un derecho
humano protegido por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, y la Constitución Peruana, que defienden la diversidad cultural.
De
Rivero afirma que es una fiesta inmensamente popular y que los aficionados no se cuentan por miles,
sino millones. Hay aproximadamente 250 plazas de toros en todo el Perú,
calcula al vuelo. Estima que en el país deben darse al menos unas 600 corridas
al año, con lo que quiebra el mito centralista de Acho. También se encarga de
cuestionar la leyenda de elitista: Quienes revisan la historia encontrarán
toreros andinos, nikkeis, y afroperuanos, actuando en provincias. Amantes de
las corridas como el izquierdista Alfonso Barrantes Lingán, y escritores como
Hemingway, García Márquez y Vargas Llosa.
A quienes ven en la herencia colonial
lo peor de España, les dice: el Perú no existía antes de la llegada de los
españoles, pues es resultado de la fusión de lo hispánico con lo autóctono.
Además, dice, no hay relación directa entre atraso y corridas de toros. En
Francia, potencia mundial y cultural, se celebran corridas y han sido
declaradas patrimonio cultural en 2011 y recientemente el Tribunal
Constitucional ratificó su validez, rechazando la abolición.
Finalmente,
desbarata el argumento de la violencia excesiva. Al toro no se le maltrata
antes de salir al ruedo, explica, citando el reglamento taurino que lo prohíbe
expresamente. Y agrega: el caballo tampoco muere. Ese blanco que ves dando
vueltas en la Plaza de Armas es el mismo que pica en Acho.
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