Roca Rey ganó el Escapulario, e igualó al maestro José María Manzanares que también obtuvo cuatro. |
FERIA DE TOREROS
Análisis de la Feria del Señor de los Milagros, que tuvo como
triunfador a Andres Roca Rey. Faltó la presencia del toro con edad, peso y
trapío.
Escribe Jaime de Rivero.
Concluyó la edición 75 de la Feria
del Señor de los Milagros, sin alcanzar el gran éxito que todos deseábamos. Los
cuatro festejos llevaron más gente de lo habitual. La corrida de Roca Rey
estuvo muy cerca de agotar las localidades y los toros regresaron a la
televisión abierta. El ciclo demostró que hay afición a pesar del precio
prohibitivo de las entradas, que debe ser corregido por la Sociedad de
Beneficencia Pública de Lima, mediante una reforma integral de la licitación.
EL GANADO
Fue el punto negro por su
defectuosa presentación. Abundó el toro chico, anovillado y sin trapío. No se
lidió un solo encierro del mismo hierro y dos corridas se remendaron a último
momento, mostrando que la empresa no tenía plan de contingencia.
En cuanto a juego, funcionaron. De
18 reses, 16 embistieron en distinto grado. La mayor bravura la aportó el
ganadero Aníbal Vázquez, destacando los toros “Algarrobo” de La Viña lidiado
por Jesús Enrique Colombo y “Romero“ de El Olivar, desorejado por Antonio
Ferrera.
Por la muerte de cinco toros
españoles durante el viaje, probablemente asfixiados por la negligencia de los supervisores,
se lidiaron tres toros de San Pedro que cumplieron con las justas en
presentación. Fueron sosos y desclasado, pero se movieron y a dos le cortaron
una oreja.
Los cuatro ejemplares de Juan
Manuel Roca Rey no tuvieron trapío y dieron juego desigual, a dos les cortaron
una oreja. Los tres españoles del Puerto de San Lorenzo y Ventana del Puerto,
estuvieron justos en presentación y juego, destacando “Sabueso” lidiado por
Arturo Gilio.
En bravura, destacó "Algarrobo" de La Viña, lidiado por Jesús Enrique Colombo en 6° lugar en la primera corrida de toros |
Andrés Roca Rey reapareció en
Acho convertido en la gran figura; estuvo por encima de su lote al que le cortó
tres orejas, pero sin redondear una faena clamorosa.
Antonio Ferrera llegó decido a triunfar, estuvo inspirado y
realizó la faena más emotiva de la feria con “Romero” de El Olivar.
El Juli demostró la maestría que
lo mantienen casi 25 años en la cúspide del toreo. Con las ganas de un
novillero, hizo frente a Roca Rey con la responsabilidad propia de las figuras,
que deben justificarse todas las tardes. Desorejó a uno de la Ventana del
Puerto y salió a hombros.
Se despidió de Acho Fernando Roca
Rey, cumpliendo sobradamente la papeleta. Salió a hombros sin cortar dos
orejas, como se hacía antiguamente con los grandes toreros. Justo homenaje a
quien ha sido ídolo absoluto en el interior del Perú.
Emilio de Justo estuvo muy
acertado, lidió con clase y oficio el mal lote que le correspondió y cortó una
oreja. Joaquín Galdós estuvo valiente, artista y lidiador con uno de El Olivar
al que le cortó un apéndice. El venezolano Jesús Enrique Colombo cumplió con su
lote, pudo estar mejor con Algarrobo de La Viña que podía torearse con poder
por abajo. Manuel Escribano poco pudo hacer con sus adversarios que sólo sirvieron
para que se luzca con las banderillas. Arturo Gilio tomó la alternativa y dejó
muy grata impresión por su capacidad, inteligencia y buenas maneras. Estuvo
acertado con dos oponentes distintos, de acuerdo a su bagaje.
LOS PREMIOS
A mi juicio, las faenas de
Ferrera, Roca Rey y El Juli que fueron premiadas con dos orejas, competían en
forma pareja por el Escapulario de Oro. El
jurado oficial eligió ganador a Roca Rey, con una mayoría apabullante que no
reflejó la diferencia entre ellas.
El Escapulario de Plata debió
recaer en el más bravo y ese no fue el galardonado “Sabueso” del Puerto de
San Lorenzo, lidiado por Arturo Gilio, que prácticamente no fue picado y dio signos
intermitentes de mansedumbre, sin perjuicio de la casta mostrada en la muleta, a
la que embestía con una clase y codicia extraordinarias. No debe olvidarse que la bravura se mide en el
conjunto de la lidia y no sólo en la muleta, como tampoco únicamente en la
suerte de varas. El toro bravo debe serlo en los tres tercios.
Se hizo bien en conceder los
escapularios que son los premios oficiales y forman parte de la feria. Sería
incongruente que una corrida aprobada por la autoridad, después de lidiada, resulte
descalificada por quienes no tienen esa atribución y que con ello se perjudique
a los toreros que arriesgaron su vida y triunfaron. Esto sólo dañaría el prestigio
de la feria. Ante hechos similares ocurridos en las ferias de 1958 y 1980,
Manuel Solari Swayne se mostró a favor de entregarlos, opinando que o se
suspendía la corrida, o se premiaba sin restricciones con los trofeos en juego.
Las dos principales peñas, El
Puntillazo y el Centro Taurino de Lima, que son ajenas a la organización de la feria,
hicieron bien en no otorgar sus premios y publicar comunicados que
recogen el malestar de los aficionados por el ganado presentado.
LA AUTORIDAD
Pésima. Aprobó toros impresentables
para una plaza de primera categoría, traicionando al público que debía defender.
Cedió a la presión de la empresa, se excedió en algunos apéndices y ordenó la
vuelta al ruedo a animales que no lo merecían a cabalidad. Tampoco ejerció autoridad en el callejón, en
donde toreros y apoderados hicieron lo que quisieron.
La experiencia histórica indica que la autoridad en Acho no puede continuar en manos de un municipio empobrecido, angurriento de impuestos y ajeno a lo taurino, que no cumple su función que es fiscalizar y defender los intereses del público.
LA EMPRESA
Falló nuevamente con lo principal
que es el ganado, que debió ser prioritario para una feria corta de tres
festejos. No se pide el toro grande, sino uno con la edad y el trapío
reglamentario, como el que lidian las figuras en Valencia, Zaragoza, Málaga o
Logroño.
El mini abono es perjudicial
porque menoscaba al abono. Las plazas más relevantes cuentan con un abono robusto
que al reducir el riesgo empresarial, permite mayor número de corridas y mejores
carteles, con variedad de toreros y encastes. Además, el abono preserva la personalidad
de una plaza, es contrapeso del público de aluvión y hasta repercute en la concesión de
orejas, porque el empresario no necesita presionar al juez por triunfos para vender la
siguiente corrida.
LA BENEFICENCIA Y LA PROXIMA
LICITACION
La Beneficencia debe internalizar que
el arrendamiento que percibe de Acho, solo será sostenible en el tiempo con un
producto de calidad, que no se está dando. Debe tener un rol más activo en el control del
espectáculo. Si el público deja de asistir a los toros, sus ingresos se
extinguirán.
La forma de preservar Acho es brindando
un espectáculo de calidad, con toros con edad, peso y trapío. Esto es difícil
con un alquiler de 35% de los ingresos por venta, que no ocurre en ningún
negocio. Este arrendamiento irracional y leonino fomenta la picaresca y la
informalidad del empresario, que se ve obligado a sacrificar la calidad para
reducir costos y no perder dinero.
Por ello, en la próxima licitación se debe
abandonar el actual esquema cortoplacista enfocado
exclusivamente en la recaudación, y sustituirlo por uno que priorice la calidad
como vehículo para aumentar el número de abonados y poder alcanzar ingresos
similares para la Beneficencia en el tiempo. El ganador no debe ser quien más
dinero ofrezca, sino el que mayor calidad garantice al menor precio posible de
las entradas, con un alquiler a valor de mercado. Se puede complementar con proyectos
de turismo de tradiciones y gastronomía en la plaza, para generar mayores
ingresos durante todo el año y cubrir la brecha de lo que hoy percibe la
Beneficencia.
En anteriores artículos me he ocupado sobre los proyectos para Acho, "Como optimizar la plaza de Acho" publicado en la revista de negocios Semana Económica (2011) https://eltaurinodigital.blogspot.com/2011/02/como-optimizar-la-plaza-de-acho.html y "El Proyecto para Acho", publicado en el diario Expreso (2011) https://eltaurinodigital.blogspot.com/2011/09/diario-expreso-el-proyecto-para-acho.html.
Excelente análisis con lo positivo y lo que hay que enmendar que principalmente es toros y autoridad, sin solucionar esto, Acho se irá al garete como bien adviertes y vaticinas. La concesión para los próximos años es clave y con ese alquiler solo nos espera mas improvisación y abuso contra el aficionado que se seguirá yendo.
ResponderEliminarTodo esta muy bien pero el municipio del Rimac siempre ve en la Feria de Acho su Agosto y desde ahí nace todo lo malo como arreglo en las pesadas y luego vienen los Amigotes q de toros no saben ni donde están parados y toman cada decisión q no son las correctas
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