martes, 1 de noviembre de 2022

50 AÑOS DE LA ALTERNATIVA DE RAFAEL PUGA CASTRO Escribe JAIME DE RIVERO

50 AÑOS DE LA ALTERNATIVA DE RAFAEL PUGA CASTRO. 

Escribe JAIME DE RIVERO


Un día como hoy, en 1972, tomó la alternativa de matador de toros en la plaza de Acho, Rafael Puga Castro uno de los toreros mas importantes de la Feria del Señor de los Milagros y de nuestra historia taurina.  

Ostenta varias marcas por encima de los connacionales que han toreado en la feria limeña: es el primero en ganar el Escapulario de Oro* como matador de toros, el que más corridas ha toreado, el que más orejas ha cortado y el único que ha sido premiado con rabo y por partida doble en una misma feria. 

Un dato sorprendente es que el maestro Puga es el único torero que en la plaza de Acho -y probablemente en todas las plazas de primera categoría del mundo-  ha cortado dos orejas y rabo como aficionado práctico, novillero y matador de toros.

En la feria, Rafael Puga también ha sido ganadero, empresario y apoderado, además de representante ante el Consejo Taurino del Rímac, asesor de la Beneficencia, propietaria del coso, y miembro del Patronato de Acho.  

Para conmemorar la efeméride, reproduzco el siguiente texto incluido en mi libro "Morado Y Oro, Historia y Anécdotas de la Feria del Señor de los Milagros" publicado en 2009, que reúne parte de su fructífera trayectoria taurina.   


Rafael Puga: El gran torero peruano

 

El torero nacional que más ha destacado en la Feria del Señor de los Milagros ha sido el matador Rafael Puga Castro, quien obtuvo grandes triunfos durante los años setenta y ochenta. 

Proveniente de una familia taurina, adquirió la afición de su padre Rafael Puga Estrada, fundador de La Pauca, ganadería cajamarquina que en su momento fue considerada la más extensa del mundo. 

En 1964 mató a su primer novillo en Cajamarca y al año siguiente debutó de traje corto en Acho. Durante los años siguientes y sin haberse decidido por la profesión de matador de toros, intervino en varios festejos en el interior del país.



La inestabilidad generada por la Reforma Agraria impulsada por el gobierno militar del General Juan Velasco Alvarado y que atentaba contra el patrimonio familiar, lo hizo inclinarse por el toreo. Así, se vistió de luces por primera vez en la novillada preferial de 1971 y al año siguiente triunfó nuevamente, mostrando finura, clase y temple.

Se convirtió en matador de toros en plena feria, tomando la alternativa el 1 de noviembre de 1972 de manos de José María Manzanares, mediante la cesión del toro “Triunfador” de la ganadería de Las Salinas. José Antonio Gaona fue el testigo. Puga tuvo una buena actuación que se enfrió a causa de las tres estocadas que requirió para finiquitar la faena. Dejó una buena impresión y durante los días siguientes, los aficionados a través de los medios y en la plaza misma, solicitaron a la empresa que comandaba Rovira, una nueva oportunidad para Puga que no llegó a ser concedida.

Una campaña muy intensa por los ruedos del interior le sirvió de preparación para afrontar la feria de 1973. El 11 de noviembre de ese mismo año fue la fecha más importante para su carrera, cuando se enfrentó a “Rebujino” de La Viña, compartiendo cartel con Palomo Linares y Antonio José Galán. Con una faena vibrante en la que se jugó la vida, puso de pie al público que le coreaba: “Torero - Torero” y “Perú - Perú”. Mató de una gran estocada y recibió las orejas y el rabo de su oponente. Salió de la plaza a hombros junto con Fernando Bel, entonces propietario de La Viña, llevando encima el bello poncho con que hizo el paseíllo.

En su segunda actuación, el 25 de noviembre, revalidó su magistral actuación, cortando orejas y rabo a “Tostador” de Las Salinas. Este triunfo le aseguró el Escapulario de Oro de aquel año.

En la feria de 1975, estuvo presente en dos tardes y obtuvo un gran triunfo al cortar dos orejas a un ejemplar de Jaral del Monte al que toreó muy de cerca, exhibiendo su calidad de artista gracias a su bien lograda estética. 

Puga se lució en las ferias de 1976 y 1977, pero la espada le privó de sellar con orejas aquellas buenas actuaciones. Estuvo ausente en la temporada del 1978 y regresó en la última corrida de la feria de 1979, en la que cuajó una faena muy hermosa, llena de torería y mando, nuevamente a un toro de Jaral del Monte. De un metisaca despachó a su adversario, llenando de pañuelos la plaza, pero la autoridad le concedió solo una oreja.

La feria de 1980 fue muy importante para Rafael Puga, en la que se le contrató para tres corridas. En la tarde del 29 de noviembre compartió cartel con Paquirri y El Capea. Sobresalió toreando a un ejemplar de la ganadería de Fermín Bohórquez al que no pudo desorejar por culpa del estoque. 

A la semana siguiente, sustituyó a Ángel Teruel en una corrida que incluyó en el cartel a Palomo Linares y a José Luis Feria Fernández “José Luis Galloso”, obteniendo un éxito contundente. Su mérito fue mayor al de los españoles, tomando en cuenta que ellos lo superaban largamente en número de festejos durante la temporada. Al primero de Atanasio Fernández le realizó una faena en la que sobresalió por su variedad y buen gusto, cortando una oreja. Pero demostró toda su calidad torera con “Marisquero” de Huando, realizando una faena memorable que cerró plaza. Puga salió a hombros por la puerta grande de Acho llevándose consigo tres trofeos, que lo pusieron en primera fila para conquistar el Escapulario de Oro por segunda vez. Sin embargo, días después, una cuestionada decisión del jurado le quitó la posibilidad de disputar el premio, que fue declarado desierto ese año.

Cerró su trayectoria en la feria, el 19 de noviembre de 1989, con una corrida en la que mató a tres toros del hierro de su hermano Roberto Puga, incluyendo uno de regalo.  La tarde transcurrió sin pena ni gloria y el peruano sólo pudo lucirse toreando de capa al último de todos. En agradecimiento recibió una fuerte ovación, pero se negó a ser alzado a hombros en respeto de la categoría de su plaza. El último toro antes del corte de coleta, lo brindó a sus entrañables amigos Federico Uranga, Alfredo Bullard, Gabriel Tizón Barreto y Juan Manuel Roca Rey.

Rafael Puga ha tenido el mérito de ser el primer matador de toros peruano que ha ganado el Escapulario de Oro, imponiéndose sobre los diestros españoles de gran categoría. Su trayectoria en la feria se extendió por 17 años. Intervino en 10 ediciones en las que toreó 21 tardes, matando 47 toros a los que cortó 11 orejas y 2 rabos. Como nota curiosa, jamás se enfrentó en la feria a ningún ejemplar de La Pauca, ganadería que le fue arrebatada a su familia por la Reforma Agraria.

Actualmente se encuentra avocado a su ganadería Camponuevo, gracias a la que ha obtenido importantes triunfos y que junto con las de Juan Manuel Roca Rey, Jaime Tavera, Aníbal Vásquez y, la de su hermano, Roberto Puga -entre otros criadores-, lidera el resurgimiento de la cabaña brava peruana. Asimismo, Rafael Puga promueve diversos proyectos para divulgar la fiesta de los toros en el Perú." 


*Rafael Santa Cruz ganó el Escapulario de Oro como novillero, pues en el año 1948 la Feria del Señor de los Milagros solo estuvo compuesta por novilladas. 


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