Roca Rey saliò a hombros, actuará en la última de abono con Morante de la Puebla y José María Manzanares |
Puerta grande para Andrés Roca Rey y faena cumbre de El Juli en la primera corrida de la Feria de los 250 años de Acho. El esperado mano a mano llenó la plaza después de varios años.
Revista Caretas
Escribe Jaime de Rivero
El pasado domingo en Acho, El Juli no sólo demostró que es una gran figura del toreo, sino también un zorro curtido en mil batallas. La de Lima no era sencilla. Abrir la tarde en una plaza colmada de un público prioritariamente rocarrerista y ansioso por ver a su torero triunfar, no es empresa fácil. Además, hay que recordar que Acho no ha tratado con justicia al diestro madrileño en las últimas ferias, no obstante haber ganado los escapularios en tres oportunidades anteriores.
El escenario le era adverso, pero sabía que la presión de la corrida recaía sobre Roca Rey, por lo que planteó la tarde buscando sacar partido de esa situación. Y eso se apreció en varios gestos de Julian, como la sonrisa con la que evitó salir primero a saludar tras el paseíllo, brindarle el primero a Andrés o llevarle la montera que éste dejó en los medios, todos destinados a aumentar la presión sobre el peruano.
Y así fue. Con el que abrió plaza, vimos a un Juli arrebatado y desafiante, con la predisposición de un novillero sin contratos. Parecía un perro de presa dispuesto a todo para ganar. Nunca se le había visto así en Lima. Destacó con los suaves lances de recibo rematados por abajo y con la media verónica de rodillas. Con la muleta lidió con gusto, suavidad y lentitud, sea por naturales y derechazos, como también de rodillas, pero el toro acudía sin transmisión. Hizo un gran esfuerzo para cortar los trofeos, pero un pinchazo y una estocada trasera se lo impidieron.
La falta de transmisión fue el punto negativo de la corrida de Garcigrande, que embistió con nobleza y calidad en términos generales, permitiendo la buena tarde que se vivió en Acho. Excepto el cuarto y el quinto que fueron bravos, faltó transmisión y codicia para provocar esa emoción que despierta al público y que se corrige “subiéndole la chispa” a los toros -como dicen los ganaderos-, lo que no es fácil porque el exceso deviene en genio que nadie quiere.
Andrés recibió al segundo con verónicas y chicuelinas muy aclamadas, pero que prontamente revelaron la falta de fuerzas del astado. Como toda la corrida, se picó poco y tras la vara, vino un quite notable con el capote a la espalda, cambiándole los terrenos al toro después de arrancado. Una joya de sello Roca Rey que fue lo mejor de la lidia de este ejemplar. Nuevamente, la poca transmisión del toro impidió el buen muleteo, frustrando las intenciones del torero cuyo rostro impávido ocultaba la impotencia que sentía por dentro y que era revelada desde la barrera por las voces tranquilizantes de Juan José Domínguez, su subalterno español de confianza que no podía estar en el ruedo por un absurdo convenio sindical.
Con el tercero, soso y deslucido, se repitió la historia sin que el Juli pueda hacer mucho más.
La tarde parecía pérdida hasta que apareció el cuarto, un colorado, ojiblanco, que repetía con codicia y al que Roca Rey recibió con dos largas cambiadas de rodillas que arrancaron los primeros oles. Tras la vara, se lució en el quite en que alternó varios lances levantando a los tendidos. Brindó al público en los medios e inició con cambiados por la espalda para luego torear dos series de naturales y otra por derechazos aprovechando las buenas condiciones del toro. Con el público encendido, ligó cuatro circulares fenomenales para luego torear alternando pases con adornos y concluir con ceñidas bernardinas. Entró en recto y dejó una estocada caída, suficiente para acabar con el toro y recibir las dos orejas que la plaza, incondicionalmente, exigió. Se dice que pudo ahondar más en el toreo fundamental, seguramente, pero tenía que asegurar la tarde, que hasta ese momento transcurría en tonos grises, y eso fue lo que hizo con eficacia, aprovechando la primera oportunidad que se presentó con el bravo Veleto, al que se le dio la vuelta al ruedo.
El Juli salió decidido a todo con el quinto que llevaba el hierro personal de Domingo Hernández, y que desde los primeros capotazos anunció su clase y calidad. El inició de faena fue soberbio con muletazos de rodilla en tierra por ambos pitones, enseñándole a embestir largo y templado. Los dos pitones fueron buenos, pero el derecho era superior por el largo recorrido que le permitía llevarlo toreado con la mano muy baja hasta atrás de la cadera y ligar uno tras otro, en series interminables. Con un temple asombroso lo llevaba cosido a la muleta, tapándole los defectos porque el toro miraba y había que tocarlo para sujetarlo. Faena larga y contundente por la profundidad de los muletazos y el temple empleado. Mató de un pinchazo en lo alto y una estocada trasera que no debió ser impedimento para que el Juez, en uso de sus atribuciones, conceda la segunda oreja, plenamente justificada por tremenda faena, una de las mejores del Juli en Acho.
No deben haber arbitrariedades y el criterio del juez debe ser uniforme: si concedió la segunda oreja a Roca Rey por una estocada caída, también debió darle la segunda al Juli por una trasera.
El sexto fue el peor de la tarde y lo bueno que le hizo Andrés resultó intrascendente por la euforia causada por las dos faenas previas.
No se de donde saca este pseudo comentarista que los toros tenian nobleza y calidad, por favor, si eran unos gatos que no hubiesen sido admitidos en Sevilla y mucho menos en Madrid, se pasaron de listos los ganaderos españoles mandándonos la menudencia de su ganadería, más seriedad y sobre todo conocimientos de tauromaquia, señor "comentarista"
ResponderEliminarNo se de donde saca este comentarista que los toros tenian nobleza y calidad, por favor, si eran unos gatos que no hubiesen sido admitidos en Sevilla y mucho menos en Madrid, se pasaron de listos los ganaderos españoles mandándonos la menudencia de su ganadería, más seriedad y sobre todo conocimientos de tauromaquia, señor "comentarista"
ResponderEliminary que tiene que ver la nobleza y calidad con la presentación????????? Realmente su grado de ignorancia es tan alto. Si tu viste gatos seguro lo son para ti, porque seguro por primera vez el 518 y los comparas con Madrid o Sevilla, lo cual no solo es desproporcionado sino irracional, pues Lima y el Perú no tiene a disposición las ganaderías que tienen esas plazas a tiro de piedra. Lea un poco, instruyase, no el Cossio que ese ya quedó desfasado hace unas 6 décadas.
EliminarEl propio texto del comentario anterior nos dice que quien lo escribio está mas perdido que un gato en plaza de toros. Le explicaré para que lo entienda, el que los toros sean o no admitidos para lidia en Madrid o en SEvilla, en Holanda o en la luna, no tiene nada que ver con la calidad y clase de los toros. Una cosa es la morfología que se mide en trapio, y otra cosa es el juego. Naturalmente, Acho no es Madrid, habria que ser un chalao para si quiera pensar eso por un segundo o querer pedir el toro mastodonico de Madrid en Acho. .Hay que instruirse antes de comentar, para no hacer el ridiculo. Y vaya que algunos hacen el ridiculo permanentemente. La corrida fue noble y tenían clase en la embestida, sin embargo, les faltó fuerza y poder, claramente el primero del Juli.... le falto emoción y peligro, pero el toro esr muy bueno noble, dulce y con clase. Coincido con Jaime de Rivero, porque asi fueron las cosas y cierto es que a ese toro le falto transmisión, que con un poco mas de nervio la faena es de 2 orejasSaludos,
ResponderEliminarAstroboy
El ridículo lo hace usted señor Astroboy. Sin ninguna falsa modestia, no tengo necesidad de instruirme, cosa que si le recomiendo a usted. El trapío, mi querido amigo, no es una cuestión solamente de morfología o peso del animal, como quiere hacer ver usted, es más bien la estampa del toro, sus actitudes y cualidades físicas, que tenga, como se gusta decir ahora, “cara de hombre mayor”. Los toros que saltaron al ruedo en la 1ra de abono, tenían claramente cara y trapío de novillos, sin casta, mansos y con ausencia de bravura, es verdad que el 5to tenía un punto de clase, pero una golondrina no hace el verano. Lamentablemente este es el toro que actualmente exigen las figuras, justos de fuerza y con un punto de clase.
EliminarOiga no sea burrro e ilustrese "Trapio" no tiene nada que ver con casta, manso y ausencia de bravura. Hable con alguien que sepa y deje de leer a tanto atorrante que escribe en facebook !!!
Eliminarlos toros de Garcigrande tenian la edad pero eran chicos, pero ud. que va a entender de encastes, hechuras y remate, usted debe ser de los que no tienen conocimientos pero si estan listos para protestar ( de lo que ni saben) para figuretear en la plaza y ser alguien.....si el toro no es gigante es novillo.... asi de profundo es su conocimiento de tauromaquia.
buen dia Sr.
Astroboy
Me parece que usted no está capacitado para aprobar la prueba Pisa de comprension de lectura ya que en ningun momento digo que el trapio tenga relacion con lo que usted menciona, parece tener una fijacion con el peso de los animales, algo que yo no menciono en ninguno de mis comentarios, me ratifico si en que los toros tenian cara y trapio de novillo. Se puede discrepar con altura, sin calificativos como los que usted me dedica. Saludos
Eliminarla de siempre----hasta que no salga el toro grandote todos son novillos !! Mejor lea el guarismo del año en que nacieron los toros lidiados ese dia, con eso puede comprobar que eran toros y no novillos.
Eliminarla ignorancia con la que habla el que no distingue trapio de comportamiento.... así de mal estamos con pésimos aficionados como ese
EliminarBien aclarado Astroboy no hay que confundir los conceptos, eso revela mucho la calidad de aficionados que tenemos.
ResponderEliminar