Escribano con las banderillas al 4° de Santa Rosa de Lima |
Revista CARETAS
Escribe Jaime de Rivero
Casta y
codicia fue lo que más le faltó a la corrida de Santa Rosa de Lima, lidiada el
último domingo en Acho. Tarde deslucida por el juego soso de los
toros. Cierto es que cumplieron en presentación y que recargaron a los caballos,
pero aquello sirvió de muy poco. Sólo funcionaron el cuarto y el sexto, y el
primero que algo se dejó. El toreo tiene hoy dos problemas principales, la
monotonía de los estilos de torear como consecuencia de la depuración y el dominio
de la técnica; y la poca fiereza del ganado. Para lograr un animal a medida del
toreo estético que hoy impera, la crianza se produce en los linderos de la
mansedumbre, así surge con frecuencia el toro soso y bobalicón que aburre y
desespera. Es la antítesis de esta fiesta en que la emoción de riesgo y peligro
es parte esencial. Y para ello requiere el toro con casta, poder y pies.
Lo más meritorio
que hizo Manuel Escribano fue las banderillas, por la variedad y entrega,
brillando en un par al quiebro a una mano al primero de su lote. A éste
lo recibió de muleta con cambiados por la espalda para luego torearlo por derechazos
sin mayor lucimiento. Al toro le faltó fondo y se apagó pronto.
Al cuarto,
que embestía humillando y con recorrido, lo esperó a porta gayola y lo quitó
por caleserinas. Inició la faena con pases por alto de rodillas para luego
torear por el pitón derecho que era el mejor. Por el izquierdo no tuvo la
misma intensidad. Desaprovechó un buen toro al anteponer adornos y remates, sin
haber consolidado el toreo fundamental, es decir, ligado en redondo que es como
se domina a los toros. Y Acho no lo tragó, quedando todo en una ovación desde
el tercio.
José Garrido se presentó en Lima, es el primero torero en confirmar la alternativa en la plaza de Acho. |
A pesar de
que tuvo el peor lote, Paco Ureña estuvo dispuesto y entregado. Lanceó a
la verónica de manera ejemplar a sus dos toros, siempre echando la pata “pa lante”,
cargando la suerte y hacia los medios. El tercero avisó que se ceñía
por el pitón derecho en los primeros capotazos como en el quite. Lo replicó
en la muleta por lo que Ureña se avocó al izquierdo pero sin mayor lucimiento,
abundando en muletazos de uno en uno. Sin ligazón no hubo emoción. Mató de
una estocada baja. Intentó de todo con el quinto, un toro soso y descastado que
no le dio opciones.
José Garrido
recibió a porta gayola al toro de su confirmación de alternativa, para luego
llevarlo a la verónica rematando con media de rodillas. El toro se partió
un pitón mermando su poderío. Con la
muleta logró derechazos de buena factura pero sin mayor transmisión, mientras
que por el izquierdo se quedaba corto y sin fuerzas. La faena se
diluyó por la sosedad del animal.
Al sexto, el
mejor del encierro, Garrido lo toreó con delantales a pies juntos ovacionados
por la lentitud y empaque. El toro sirvió por noble y repetidor, pero sin mayor
clase en la embestida como todo el encierro. Las series por derecho fueron las más destacadas,
mientras que por el izquierdo no había tanta emoción. Cuando el toro se quedaba
parado, Garrido tiraba de él haciéndolo seguir la muleta. Se equivocó al
llevarlo a los medios para la suerte suprema, haciendo caso a los gritos de
unos indocumentados de sol, fallando en dos intentos al recibir con los que
perdió la oreja.
Estimado Jaime:
ResponderEliminarEl problema de los toros es recurrente. Lamentablemente no hay ganado en el Peru que califique para Acho y los toros espanoles tienen que pasar por una serie de examenes sanitarios y no todos califican. Esperemos que los encierros del Puerto de San Lorenzo y de Garcia Jimenez respondan a las expectativas ya que han tenido varias semanas de aclimatacion.
La empresa ha hecho un gran esfuerzo importando estos toros mas dos corridas completas para el 2018 que estan pastando en el Fundo La Esperanza en Pachacamac.
Hay que ser optimistas y resaltar lo bueno.