| Pedro Luis con el 5° que más humilló y repitió por abajo del encierro. |
Mucha atitiud de Tomás Bastos ante la novillada de Camponuevo.
Corresponsal Jaime de Rivero.
La terna se fue de vacío en la
segunda novillada de la Feria del Señor de los Milagros. Rafael Puga Castro
envió un encierro de Camponuevo bien presentado, que tuvo fuerza, nobleza y un
punto de picante que le dan personalidad a esta ganadería, reses a las que hay
lidiar y hacerles las cosas con acierto, porque de lo contrario tienden a
complicarse o apagarse. Novillada
interesante para los buenos aficionados que evalúan a los toreros y su
capacidad de resolver los problemas que presentan sus adversarios.
El que abrió plaza se inutilizó
durante la lidia y fue despachado por José Antonio Guerra. El segundo de su
lote, era un novillo probón y mirón con mucho que torear, pero con la virtud de
que humillaba en la brega, incluso en el inicio de faena. En la muleta, el novillo se fue aplomando de
a pocos, embistiendo de uno en uno, a Guerra le faltó atacarlo para provocar la
acometida y poder ligar los pases. Si el toro no acude, el novillero con hambre debe ir a buscarlo. Dos pinchazos y estocada baja. Silencio.
Pedro Luis estuvo solvente y
valiente con el segundo de la tarde, un novillo que repetía con codicia y
peligro, ciñéndose y tirando un gañafón al final de las suertes. Con la muleta,
el peruano aguantó las embestidas del animal que era mirón y tendía a quedarse
corto. Lo toreó por el pitón izquierdo
porque por el derecho se vencía, poniendo la cuota de valor y entrega necesaria para sacarle todo lo
que había y que debe tener un novillero que aspira a más. Tras la estocada algo trasera, salió a saludar al tercio.
Pudo cortarle una oreja al
quinto, que exhibió nobleza y entrega mientras duró. Inició la faena de
rodillas toreando por abajo, aprovechando que el animal acudía con trasmisión y recorrido.
Las primeras tandas por el derecho fueron las más ligadas, siempre llevando al
novillo embebido en la pañosa. Cuando cambió de mano el astado no respondió de
la misma manera e inició su declive hasta aplomarse. Entró con convicción a
matar, dejando una estocada perpendicular que completó con varios descabellos.
Palmas.
Tomas Bastos resolvió la papeleta
que le planteó el burraco que saltó en tercer lugar, y que llegó incierto a la
muleta. En las series iniciales el novillo medía y no quería repetir, por lo
que Bastos pasó a la ofensiva atacándolo, yendo hacia él para provocarle y así,
invadiendo sus terrenos y cruzándose, logró ligar los muletazos y hacer sonar la música. Las
series por derecha fueron en cercanías, tocándolo fuerte para retenerlo y ligar
en redondo. Buena lidia de un novillero que resuelve. Los adornos finales fueron por bernardinas, muy ajustadas. Lo
despachó de un pinchazo y estocada.
Al portugués le costó fijar al
que cerró plaza, un novillo negro que llegó aplomado al tercio final, en donde
no dio facilidades, se defendió descolgando la cabeza y queriéndose sacar la
muleta. Dejó una estocada trasera que complementó con dos descabellos.
Plaza de Acho.
Media entrada. Segunda novillada, tercer festejo de abono. Se lidiaron 6
novillos de Camponuevo, bien presentados de distinto juego y pelaje, para José
Antonio Guerra ( silencio y silencio) Pedro Luis (saludo desde el tercio y aplausos)
y Tomas Bastos (saludos desde el tercio y silencio).
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