COLOMBO PRIMERA PUERTA GRANDE DE ACHO
El diestro venezolano cortó una oreja a cada uno de su lote.
Morenito de Aranda brilló con el primero de la tarde.
Corresponsal Jaime de Rivero
El triunfador de la primera
corrida de toros de la septuagésima octava edición de la Feria del Señor de los
Milagros ha sido Jesús Enrique Colombo, que tuvo claridad para entender al
ganado y darle la lidia adecuada para poder extraer el fondo de bravura que
tenían los de San Pedro y Salamanca. Ambas han mostrado una evolución positiva
en los últimos años, que hoy refrendaron con una corrida con edad, peso y
trapío, que embistió con nobleza, aunque con un punto de mansedumbre
que se debe corregir.
Desde el inicio, Colombo
comprendió las dificultades de este encierro, en que predominaban los abantos, sueltos
y sin clase, a los que había que fijar rápidamente para convencerlos de
embestir. Recibió con valor y firmeza
las inciertas embestidas del primero de San Pedro, llevándolo con verónicas
hasta los medios. Tras un picotazo, ofreció un gran tercio de banderillas con
dos pares citando a los medios y el último al violín, entre ovaciones del
público.
Inició la faena de muleta por
abajo, con doblones y macheteos para ahormar al toro y someterlo. Esa fue la
clave de la lidia, llevarlo por abajo, dejándole la muleta puesta en la cara
para hacerlo repetir y evitar que se vaya. Así, logró concluir tandas por derecho
e izquierdo, logrando que el astado rompa a embestir hasta que terminó rajándose. Con una buena estocada recibió una justa y
merecida oreja.
El que cerró plaza, de similar
juego, tuvo mayor movilidad, pero menos clase. Tras la vara y el castigo medido,
brindó otro gran tercio de banderillas entre fuertes ovaciones, destacando en
el par al violín.
Planteó la faena de la misma manera
que con el primero, iniciando y rematando las series por abajo, pero con la
diferencia de que el Salamanca protestaba y calmocheaba, lo que derivó en
enganchones que no dieron fluidez a su labor, impidiendo que la faena alcance
una estructura sólida. La estocada fue soberbia en los medios, de efectos
inmediatos, por el que se le concedió una oreja que fue pedida por gran parte
del público, pero sin lograr mayoría.
Morenito de Aranda tuvo los momentos más sublimes de la
tarde con el primero de San Pedro, con el que confirmó alternativa. Un colorado que de salida, repetía con codicia
al capote del español, que lo recibió por delantales y verónicas instrumentados con gusto y categoría.
Inició la faena sin forzar al
toro, llevándolo a su aire, a media altura en las primeras tandas por pitón
derecho para luego exigirle por abajo. Dejándole
la muleta en la cara al final del muletazo, el animal cedió al juego,
repitiendo cada vez más. Las series
ligadas citando con la muleta rendida en la arena y corriendo la mano por abajo,
fueron lo más fino de la tarde, con pases sobrados en profundidad, gracia y
torería.
Tomó el acero en el momento
preciso, cuando el toro comenzaba a declinar, para los adornos por alto. No tocó pelo por fallar con el estoque,
reduciendo el premio a una ovación desde el tercio.
El de Aranda no entendió al
cuarto de la tarde que se fue inédito. Un toro con más raza y clase al que
había que torearlo por abajo para hacerlo romper. El español lo lidió
siempre a media altura, cuando el animal no quería ese planteamiento, tampoco al intentarlo en cercanías; pero cuando era bregado por abajo, si humillaba siguiendo con codicia el capote, lo que no hacía con la muleta a media altura. Pinchó varias veces y escuchó un aviso.
El primero del Alfonso de Lima,
con el hierro de Salamanca, fue el peor de la tarde, soso, sin clase, codicia,
ni trasmisión. El peruano lo intentó, pero había poca tela para cortar, logrando
ligar una serie con la muleta puesta en la cara. Al cuarto de San Pedro, había
que convencerle de embestir, someterle por abajo para desengañarlo y poder
correrle la mano. No fue por esa vía y entre dudas, remates por alto y enganchones, se
embarulló, haciendo más complicado el resto de la lidia. Mató de varios intentos.
Plaza de Acho. Con tres
cuartos de entrada se lidiaron seis toros de San Pedro (1°, 3° y 6°) y
Salamanca (2°, 4° y 5°), bien presentados, nobles, de juego variado destacando
el 1°,3°, 4° y 5°. Confirmó alternativa Morenito de Aranda (saludos desde el
tercio y silencio), Alfonso de Lima (silencio y silencio) y Jesús Enrique
Colombo (oreja y oreja)
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