SEBASTIAN CASTELLA Y EMILIO DE JUSTO A HOMBROS DE ACHO
El diestro francés
cortó dos orejas al cuarto de la tarde y salió a hombros de Acho con Emilio de
Justo que también sumó dos trofeos. Roca Rey cortó una oreja luego de una gran
faena.
Escribe Jaime de
Rivero
(EFE) La tercera y última corrida
de la Feria del Señor de los Milagros ha tenido como máximos triunfadores a Sebastián Castella y Emilio de Justo, que sumaron dos orejas cada uno y salieron a hombros de la plaza de Acho.
Roca Rey tuvo también una actuación destacada con el primero de su
lote, al que le cortó una oreja.
Poca fuerza tenía el que abrió
plaza, un toro noble y soso de San Pedro, al que Castella cuidó en todo
momento, llevándolo a media altura con suavidad y lentitud. Las series principales
fueron por derechazos, dándole tiempo al burel para que se recupere. Faena
corta que culminó con una tanda de naturales de mucho gusto. No pudo envasar
toda la espada en la suerte de matar. Aplausos para Castella y silencio para el
toro.
El cuarto de La Viña no tomaba los
capotes con franqueza, acudiendo con la cabeza alta a los cites. Mejoró con la
pica y las banderillas, mostrando mayor alegría y acometividad. El inicio fue
memorable con una serie de siete muletazos, los de tanteo por alto y los
finales por abajo, casi sin moverse del sitio. Lo toreó con mucho temple por
derechazos, aprovechando la prontitud y repetición del astado. Intentó por el pitón izquierdo, pero sin limpieza
porque su oponente sólo admitía pases de uno en uno. Cuando el francés retomó por el derecho, el
animal comenzó a tardear. Allí, en el tramo final apareció el Castella lidiador,
sacándole toda clase de pases, incluso en cercanías. Ejecutó la suerte suprema con todo rigor,
dejando una gran estocada. Faena de una oreja, pero que el juez de plaza, que tuvo una muy mala actuación durante toda la tarde, premió con otra
adicional.
El segundo de la tarde de El Olivar,
abanto de salida, fue cambiado sin razón por el juez . Lo reemplazó un castaño de Paiján, al que
Emilio de Justo recibió bien a la verónica aprovechando su fuerza y movilidad. Hizo
buena pelea con el caballo y también en banderillas. Con la tela roja el toro
protestaba cuando lo citaba por el pitón derecho. Por ello, la faena se cimentó
por naturales, algunos lentos y desmayados. La estocada cayó baja y a pesar de que no hubo
pedido mayoritario, el juez otorgó una oreja indebida.
El quinto fue otro abanto de
salida que no dio mayor pelea con los caballos. Llegó con peligro a la muleta, se
detenía, miraba y pensaba antes de cada embestida. Emilio de Justo estuvo firme
y por encima de su oponente, haciéndolo pasar con el toque fuerte de la tela.
Extrajo muletazos de a pocos, pero sin cohesionar una faena. Mató de una gran estocada
de efectos inmediatos. Le otorgaron una oreja.
Roca Rey cuajó una de sus mejores
faenas en Acho, con el mansurrón tercero de El Olivar, corto y hondo, que en los primeros
tercios tendía a salirse suelto hacía la querencia de chiqueros. Tras escupirse
del puyazo, el peruano se lució con un ajustado quite por chicuelinas y
tafalleras que encendieron los tendidos. No inició en los medios para evitar que
el animal acentué la querencia, eligiendo los terrenos más alejados. Allí lo
recibió con estatuarios y cambiados por la espalda de mucha emoción.
Metió al toro en la muleta y lo hizo romper a embestir. Las mejores series fueron
por el pitón derecho, con el toro humillando y repitiendo. Los naturales fueron
más lentos por el trajín de la pelea. Cambiados, redondos y bernardinas se
sucedieron en medio de las últimas ovaciones. Al final, el toro dominado y la plaza
entregada. Pinchó y luego dejó una estocada entera de rápido efecto, perdiendo
la segunda oreja.
El sexto de San Pedro, que acudía
cruzado a los capotes, fue cambiado después de haber sido picado, aparentemente,
por problemas de visión. En su reemplazo
salió otro de San Pedro, que se estrelló en un burladero durante el primer
tercio, quedando inutilizado para la lidia.
Indebidamente, el Juez ordenó que se le pique, banderillee y estoquee,
cuando por reglamento correspondía devolverlo a los corrales y que concluya la
corrida. Alargó indebidamente el trámite, entre fuertes protestas.
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Concluido el festejo, el jurado
oficial acordó otorgar el Escapulario de Oro al matador de toros Sebastián
Castella, por la faena de hoy al segundo de su lote, y el Escapulario de Plata
al toro “Lúcumo“ de la ganadería El
Olivar, lidiado por Joaquín Galdós en la primera corrida de la feria. Castella
también obtuvo este premio en los años 2003 y 2006. El Olivar también recibió el premio al mas bravo de la feria en el 2018.
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