El francés desorejó a un bravo sobrero de Paiján, en tarde
que David de Miranda confirmó alternativa perdiendo el triunfo con la espada.
CORRESPONSAL : JAIME DE RIVERO
La tercera corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros ha tenido como triunfador a Sebastián Castella, que cortó las dos orejas al cuarto (bis) de la tarde, un bravo albahío con el hierro de Paiján, que reemplazó a uno de Domingo Hernández de escasa presencia , y al que se le dio la vuelta al ruedo.
Castella estuvo firme y valiente con el complicado cuvillo que salió en segundo lugar, que a mitad de las suertes cambiaba el viaje para ceñirse y derrotar con la cabeza alta. Anotó algunas series de calidad por ambos pitones hasta que el animal se paró. Pinchazo y estocada arriba. Silencio
El triunfo llegó con el sobrero
de Paijan, que reemplazó al Domingo Hernández devuelto por su escasa presencia. El bravo ejemplar mostró sus cualidades desde
las primeras acometidas, acudiendo con bravura al capote del galo.
Tras empujar en el caballo y
cumplir con las banderillas, el francés inició clavado en los medios con pases
por alto y cambiados por la espalda a un toro que galopaba y de desplazaba. Las series del toreo fundamental fueron con la
mano abajo, valiéndose de la nobleza y fijeza de su adversario, y sobre todo
su clase al embestir. Cuando la res
inició el declive -incluso se desentendió al final, Castella fue a buscar la victoria entre
los pitones, culminado la obra con manoletinas ajustadas. Dejó media estocada
en el sitio, que fue suficiente para hacerlo doblar. Se le otorgaron dos orejas y al toro se le
dio la vuelta al ruedo.
El quinto de Domingo Hernández, incierto
y peligroso, fue muy protestado durante la lidia, por lo que Talavante optó por no verlo y abreviar.
David de Miranda tuvo un
auspicioso debut en Acho, pero la espada tiró por la borda las posibilidades de triunfo. El de confirmación de alternativa de Núñez del
Cuvillo, que de salida fue incierto y reservón, despertó con las banderillas,
incluso cogiendo sin consecuencias a un subalterno. En la muleta el animal
permitió el toreo fundamental acudiendo con nobleza por el derecho y el
izquierdo, facilitando el buen toreo del español que lo supo aprovechar con muletazos sentidos. Estuvo por encima de su adversario hasta en las ceñidas manoletinas finales. Dos
pinchazos, media estocada y un golpe descabello dejaron todo en silencio.
El que cerró plaza de Domingo
Hernández, fue un manso justo de fuerzas, que tendía a pararse en mitad de las
suertes. Con valor, el onubense aguantó varias veces al animal, que se quedaba
parado dudando entre terminar de embestir o echar el derrote. Logró algunas
series para terminar con un arrimón de los suyos. Nuevamente falló con la
espada. Silencio.
Lima: Lleno de no hay billetes. Se lidiaron 3 toros de Núñez del Cuvillo (1°, 2° y 3°), 3 de Domingo Hernández (4° 5° y 6°) y
(4° bis) de Paiján. Desiguales de presentación y mal presentados (3°, 4° y 5°), destacó por su bravura
el sobrero de Paiján al que se le dio una vuelta al ruedo. Sebastián Castellá (silencio
y dos orejas), Alejandro Talavante (silencio y sliencio) y David de Miranda
(silencio y silecio)


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