Roca Rey cortó tres orejas. Con Ponce y El Juli son los toreros más importantes de los últimos 30 años. |
A PLAZA LLENA, ROCA REY SALE A HOMBROS, EL JULI CONTUNDENTE PIERDE LA PUERTA GRANDE POR LA ESPADA Y ENRIQUE PONCE MAGISTRAL CON EL PEOR LOTE
Escribe Jaime de Rivero
Caretas, 6 de diciembre de 2018
El
domingo pasado concluyó la feria limeña con el cartel más rematado de la
temporada española. Dos toreros consagrados, con décadas en la cima,
enfrentando a un bisoño pero arrollador peruano, tocado por la varita de los
dioses. Ninguno de la terna, que insólitamente reunía a ganadores de 10
escapularios de oro, quiso dejarse ganar la partida. Con valor, técnica y
entrega, las tres figuras estuvieron por encima del poco colaborativo encierro de
Sánchez Arjona. Con edad y peso, aunque desigual de presentación, pero complicados,
con peligro y bajos de raza.
Enrique
Ponce hizo saber, por enésima vez en Acho, su condición de gran maestro del
toreo. A sus ya casi 50 años, mantiene una férrea afición y la voluntad del
novillero sin contratos, que lo llevan a entregarse sin reservas. Lidió
magistralmente al peor lote, tapándole defectos y haciendo que parezca mejor de
lo que era. Con la pañosa en la cara, corrigió al distraído e informal primero,
que no daba dos embestidas iguales y al que logró imponerse, sobre todo por el
derecho. Mató mal y fue ovacionado en el tercio.
La mayor
dimensión de su capacidad, que supera a la sabiduría y ronda los linderos de la
ciencia, afloró con el pésimo y peligroso cuarto, que para cualquiera no tendría
un pase. Cruzándose y con el toque
fuerte de muleta, logró hacerlo pasar y, luego, repetir, siempre tirando con
temple del remiso animal. Por la izquierda logró la tanda más cuajada, pero el
toro no permitía mayor lucimiento. Aguantó muchísimo cuando el toro se paró.
Faena que valoran los profesionales y los buenos aficionados por el marrajo
inservible que tenía delante. La espada le impidió tocar pelo.
Pocos
toreros han tenido el poderío que ha alcanzado El Juli. Lleva veinte años de
figura en los que ha desarrollado una técnica eficaz e implacable, gracias a su
enorme valor. No tuvo opción con el complicado segundo, peligroso por reservón
y mirón, que fue empeorando durante su lidia y al que le faltó castigo en varas.
El
madrileño estuvo rotundo con el quinto al que recibió primorosamente a la verónica
dejando un remate torerísimo de mano baja. En la muIeta mostró su poder
toreando por derechazos, haciendo romper en bravo al noble animal. Con firmeza
y autoridad, se lució en largos naturales con gusto y temple, bajándole la mano.
Tres series sucesivas de circulares fueron el colofón imponente de una faena
estupenda, de escapulario, que malogra con un pinchazo arriba y una espadazo
eficaz, pero demasiado atravesado. Se le premió con una oreja.
Todopoderoso . El Juli brindo una gran faena al quinto de Sanchez Arjona, Aquí se luce quitando de capote. |
Roca Rey
es el torero de moda, la primera figura, atrae a los jóvenes y abarrota las
plazas. Acho se rindió a sus pies desde el paseíllo y no podía ser de otro
modo: es peruano y torea con clase, poder y verdad. Justamente ese poder lo sitúa en la línea de
los toreros poderosos como El Juli y que se remontan hasta Joselito El Gallo, según
la docta clasificación del crítico Domingo Delgado de la Cámara.
Roca Rey
cortó una oreja del tercero, un burel exigente, con hechuras, pero sin remate,
que repitió rebrincado de salida. El toro que tenía guasa, sacó
complicaciones y peligro en la muleta, ciñéndose y aprendiendo al mínimo
descuido. Roca Rey estuvo valiente y dominador, aun cuando su labor no pudo ser
completa. Un pinchazo arriba y estocada algo desprendida, fueron suficientes
para cortar la primera oreja.
No se
acopló de salida con el sexto, suelto y soso que embestía por alto. En la
muleta el toro ganó en fijeza facilitando su lidia. El trasteo se basó en el
pitón derecho, aun cuando al natural lo toreó bien con la mano baja. El astado perdió fuerza y la faena no terminó de
coronar. El arrimón y las luquesinas finales. Mató de una estocada delantera. Una oreja sólida y otra dadivosa del Juez.
ESCAPULARIOS
DE ORO Y DE PLATA
Concluida la corrida, el Jurado
oficial de la Feria, en decisión muy acertada y casi unánime, otorgó el Escapulario de Oro al
matador peruano Joaquín Galdós, por su faena al toro Garavito del Puerto de
San Lorenzo, lidiado en 6to. lugar en la cuarta corrida de abono, y al que desorejo tras una faena en la que superó
sus complicaciones. El Escapulario de Plata fue para el toro “Belicoso“ de la ganadería peruana El Olivar lidiado en
la segunda de abono.
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