La tauromaquia forman parte del patrimonio
histórico y cultural de los pueblos del Perú que, desde hace varios siglos,
celebran con corridas de toros sus fiestas religiosas y otros eventos de
importancia social, no en vano existe un dicho popular que reza: "Sin toros no hay fiesta".
La fiesta de los
toros fue introducida por los españoles en los primeros años coloniales y con el
transcurrir del tiempo, logró afincarse en lo más íntimo del alma nacional
hasta convertirse por derecho propio, en una de sus expresiones más distintivas
y permanentes.
Hoy en día, no es
posible sostener que la tauromaquia sólo pertenece a España. Cinco siglos de
mestizaje impiden sustentar una tesis de tal naturaleza. La presencia española
en nuestra tierra trajo consigo un largo proceso de mestizaje en el que se funde
la cultura andina con la hispana, y que provocó como consecuencia la modificación
dramática del ambiente, las costumbres y el carácter del habitante. El
proceso y sus resultados son irreversibles.
Surge así la cultura mestiza que combina en distinto grado y forma, los
componentes foráneos con los autóctonos; algunos sobreviven otros desaparecen,
pero casi todos soportan una transformación sustancial que no es más que su
adaptación al nuevo orden de vida que impera en el Perú.
El tiempo y la costumbre hicieron que el hombre
reconociera esas expresiones como propias, las que pasaron a formar parte
indisoluble de la cultura nacional. El idioma español, la religión católica y
la corrida de toros son tres manifestaciones en las que se percibe notoriamente
los efectos del mestizaje, el aporte del hombre y la nueva cultura que de ellos
se deriva.
La corrida de toros es tan peruana como española, le
pertenece al pueblo que la celebra, la respeta y la siente suya, por efecto del
tiempo y la tradición. Es patrimonio inalienable de la cultura peruana y como
tal, es obligación de los hombres preservarla como legado para las generaciones
futuras.
En Cajamarca, la
corrida de toros adquiere un interés superior para la sociedad que aguarda con anhelo intenso el momento de
reencontrarse con la emoción única e incomparable que produce la lidia poderosa
y artista de un toro bravo. La ciudad de
Chota –como otras de nuestra geografía- asocia las celebraciones religiosas con
los festejos taurinos que se organizan en homenaje a San Juan Bautista,
reafirmando de este modo la unidad indivisible que siempre ha existido entre la
fe católica y la fiesta brava, y que
proviene, sin lugar a dudas, del más hondo sentimiento popular.
Este año y por
primera ves en la ciudad, La Municipalidad Provincial de Chota con la
colaboración del Instituto Nacional de Cultura, el Centro Cultural de España y la empresa privada,
presenta una exposición de pintura y fotografía taurina que estará a
disposición de todos durante las fiestas bautistas. La finalidad de la muestra
es dar a conocer al público otras manifestaciones de orden artístico vinculadas
con la fiesta de los toros, para que de esa forma se pueda comprender mejor la
real dimensión e importancia que la tauromaquia tiene para la historia y la
vida peruana.
Jaime de Rivero B.
Junio, 2005.
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