lunes, 31 de octubre de 2005
miércoles, 26 de octubre de 2005
"LA PRIMERA TRADICION DEL PERU" PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL "EL PERUANO"
Publicado en el diario El
Peruano, 26 de octubre de 2005.
Escribe: Jaime de Rivero Bramosio
La corrida de toros
es la primera tradición cultural y el evento que más peruanos moviliza después
del fútbol. Deje de sonreír que va a descubrir una realidad, una que el
centralismo y la desinformación mantienen oculta.
Las fiestas de
toros se celebran sin interrupción desde 1540, cuando Francisco Pizarro toreó a
caballo en Lima. A partir del s. XVI, la evangelización permitió difundir
principalmente la fe católica, el español y la tauromaquia. Los primeros fueron
de difícil imposición, pero lo taurino caló pronto en la población peruana,
extendiéndose por todo el territorio para luego convertirse en uno de los
elementos más distintivos de nuestra cultura.
Las fiestas
patronales del interior no se conciben sin una corrida de toros, que es la
forma ancestral de honrar al santo de cada localidad. Por eso las ferias
taurinas en honor a la Virgen de las Mercedes en Carhuaz o al Señor de la
Ascensión en Puquio, por citar dos ejemplos. Las raíces están en el pueblo que
es el que organiza la corrida; su satisfacción es brindar la mejor fiesta para
su patrón.
En muchos pueblos
la corrida fija la expectativa para la cosecha; en Andahuaylas el cóndor liado
al toro reafirma el origen andino de la nación; y, en Chota, la comunidad
venera el cadáver de una gran res lidiada. Las máscaras andinas, los danzantes
de tijeras o el torito de Pucará poseen gran influencia taurina, al igual que
los pinceles de Sabogal, Camino Brent o Humareda. Existen cientos de ejemplos
en las artes y letras que develan su trascendencia cultural; la fiesta de toros
es una expresión de la peruanidad como el pisco, el ceviche o el suspiro “de
limeña”.
Más aún, no tenemos tradición más extendida
que los toros. Veamos. El pisco es propio de la costa centro sur. El caballo de
paso es un instrumento de trabajo y, luego, una afición de minorías. El cajón
no retumba en los andes y los bailes y comidas son típicos en cada región. La
gallística es popular, pero no arrebata multitudes. Pregunto: ¿Cuántos bailamos
marinera? La fiesta brava vive en
plenitud de norte a sur y en costa, sierra y selva.
Hoy en día, la
afición taurina se encuentra en auge, con unas 700 corridas en más de 250
cosos, y siempre con llenos totales. Cada año se celebran más corridas y se
construyen mas plazas; Tacabamba inaugurará una con 14,000 asientos. Sólo en la
ciudad de Lima se dan más de 50 festejos anuales en muchas plazas de la
periferia, permitiendo la integración de miles de provincianos en la ciudad.
Los une sus raíces, su cultura, los toros.
En este año, las
corridas del departamento de Cajamarca han sido presenciadas por más de 170,000
personas. Un diario local (El Comercio 18-05-05) informó que 109,998
personas asistieron al Torneo Apertura de Fútbol de 2004. Al margen de las
cifras, se debe saber que son cientos los pueblos que no tienen estadios ni
fútbol profesional, pero si toros y toreros, autentica fiesta popular del Perú.
Esta es la
abrumadora realidad histórica, cultural y actual del mundo taurino que pese a
lo que algunos desinformados piensan, ha crecido notablemente en los últimos 15
años, tanto en el campo como en la ciudad.
Y es que el centralismo y dinamismo de la urbe impiden conocer
realidades tan imponentes como la descrita, los que sumados a nuestros viejos
problemas de identidad nacional, contribuyen a la extinción de nuestras
tradiciones más íntimas, aquellas de las que nos acordamos cada vez que algún
astuto, desde afuera, pretende arrebatárnoslas.
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